En La breve vida de las moscas Carmelo se planteaba qué sucedería en una familia española, normal y corriente, de estas de andar por casa (o sea, como la mayoría), si la economía europea se iba a pique. Pero a pique de verdad. Si el 90 por ciento de las entidades bancarias quebraban. Si la calle se convertía en las trincheras de una guerra donde lo que se juega no es el poderío de un país, sino más bien la dignidad de quien no tiene qué llevarse a la boca.
Este es el resultado de su imaginación. Y da miedo pensar que a medida que pasan las semanas la realidad se acerca peligrosamente a la ficción.