Realmente la historia de La Broma Negra es curiosa. Estamos ante una banda que editó sus primeros trabajos discográficos a comienzos de los 90 y que ha estado en estado de “stand-by” hasta hace unos pocos años. A día de hoy, el grupo está compuesto de Carlos Caballero y Alex Gómez. La propuesta actual del grupo son canciones de letras crípticas y muy elaboradas, dispuestas sobre bases electrónicas, con el indispensable acompañamiento de las guitarras de Alex. Tanto por la voz de Carlos, como por el sonido de su música, rápidamente me vino a la cabeza el grupo alemán Wolfsheim, de los que ya les he hablado por aquí alguna vez.
“Joyas De Princesas Muertas” es su última entrega, en la que realmente lo que hace el grupo es readaptar varias de las composiciones de discos anteriores al nuevo sonido o propuesta musical que de forma tan interesante están desarrollando a día de hoy. Estamos ante un ítem extenso, de 16 canciones, que además se me antoja como un perfecto acompañamiento para este par de meses otoñales que tenemos ahora por delante.
Gran inicio “Noche en el tejado”. Estamos ante una composición donde ya se pone sobre la mesa esas melodías de teclados y programaciones, con las inestimables guitarras de Alex. En este buen inicio hay interesantísimos cambios de ritmo de distinta factura, destacando sobre manera el giro que se da al afrontar el estribillo “no me dejes solo más tiempo del necesario. ¿Quieres saber si aún te quiero? Tú no sabes cuánto”. La 2ª canción “Los niños de Dickens” ofrece una melodía menos oscura y angustiosa que la que nos encontrábamos en la genial “Noche en el tejado”. Un enfoque más amable, emotivo y amable, rodeado todo ello de esas letras tan solemnes a ratos. “Cenicienta” se presenta ante nosotros con unos primeros minutos envueltos en un halo de cuento de hadas muy apropiado. Quizás es uno de los temas más fácilmente reconocibles de “Joyas De Princesas Muertas”, ya que no es difícil que se te clave en la mente sobre todo esa primera frase del estribillo “Ella baila hasta el amanecer…”. Delicadeza, frialdad y melancolía, que no sé por qué me evoca mucho al tema “You look so fine” del disco “Version 2.0” de Garbage, que disponía de un gélido videoclip. En “Cenicienta” también hay hueco para un notable protagonismo de las guitarras de Alex antes de afrontar su 2ª mitad. “El buen amor” prescinde de sintetizadores contundentes o bases aceleradas, para conceder un tema de corte más clásico al lp. Las notas instrumentales del estribillo son tan hirientes como el dolor que describe Carlos en la letra al decir “Necesitamos este dolor…”. Con un carácter más amable, al menos en la melodía, se abre paso la 5ª composición “Balas para matar el tiempo”, y más si cabe la llevadera y animada “Los sonetos”, visto en su animada y latente base rítmica, pero no por ello se deja la elaboración y refinamiento lírico, incluso en el estribillo “hoy al fin terminé los sonetos que forjé con las penas de mi corazón, nunca me ha bastado con la fruta que ya se ha caído del árbol…”. “Nieto de maestro de escuela” es de los temas más válidos del disco. Realmente emotivo, ha sido extraído como single y su melodía es bastante resultona y moderadamente pegadiza, pero quedando principalmente una sensación entre lo oscuro y melancólico. “Cuidado con lo que matas”, no solo por su título, retorna a atmósferas más solemnes, aunque no deja de ofrecer un cierto toque ingenuo debido a unas notas que incluye en su melodía.
Sin lugar a dudas la propuesta de La Broma Negra no es común en nuestro país, y a poco que disfruten de una promoción medianamente adecuada, podrán aumentar exponencialmente su llegada al público específico que sin duda alguna apreciará su sonido. Esa voz tan personal de Carlos y las estupendas melodías construidas para los temas, sumado a las elaboradas y contundentes letras, son sinónimo de calidad de inicio a fin.
Buscando, no sé si de forma algo forzada, un símil para que ustedes se hagan una idea dentro de nuestras fronteras, puede haber algo de Germán Coppini en La Broma Negra, sobre todo en el apartado de las letras trabajadas, e incluso Carlos puede darse un lejano aire a Germán en el aspecto físico, cosa que yo aprecié cuando les vi actuar en la sala Cats con ese traje y bombín, tan parecido al elegante look que Coppini tenía en el videoclip de “Desconocido” de Golpes Bajos (debajo de este párrafo, una foto de aquel concierto); además, el proyecto actual de Coppini con otro Alex (Brujas en este caso), Lemuripop, también tiene una dosis electrónica generosa y protagonista en el mismo.