Ser el responsable de seis bandas sonoras y que todas ellas tengan su propia personalidad, sin caer en la repetición y, al mismo tiempo, mantener la continuidad y la solidez, no es sencillo ni está al alcance de cualquiera. Añadiendo, además, la complejidad de poner música a "El Hobbit", creando nuevas partituras y, a la vez, integrando la sonoridad ya degustada anteriormente durante "El Señor de los Anillos", trilogía con la que Shore había conseguido asociar personajes o lugares con melodías que se habían convertido en familiares y reconocibles para el espectador. Esa dificultad añadida, la de tener que encajar la precuela de "El Hobbit", fue superada con talento y solvencia, logrando componer unos temas nuevos que, a la postre, deberían enlazar con "La Comunidad del Anillo" y seguir manteniendo la uniformidad de unos temas claramente identificados.
Os dejo con el tema de los enanos de la Montaña Solitaria, Erebor: "Sons of Durin":
En definitiva y aunque sea una opinión puramente personal acerca del trabajo de Howard Shore, creo que estamos ante una de las bandas sonoras más importantes de la Historia del Cine.