La noticia recién publicada en el periódico económico alemán “Handelsblatt” de que una inmigrante española es la directiva mejor pagada del país, y quizás de toda Europa, se reproduce en el país sin que se reflexione sobre la bondad de la emigración de alto nivel formativo.
Porque actualmente desde España emigran sobre todo personas capaces de competir y triunfar con su preparación, iniciativa y esfuerzo.
Se lloriquea todavía con el “drama de la emigración” porque los poetas melancólicos y los políticos demagogos alimentan el tópico del español con la maleta de cartón con cuerdas que embarca en tercera hacia América o va en trenes destartalados a Alemania a limpiar casas o a picar en las minas.
Es la situación de los inmigrantes del tercer mundo, mientras que los españoles, ahora jóvenes y seguramente con alguna carrera, pueden triunfar aunque empiecen lavando platos o cuidando niños antes de dominar el idioma local.
Si se tienen las capacidades necesarias se sale adelante, como Belén Garijo, nacida en Albacete hace 57 años, farmacéutica que dirige el gigante Merck, en el que gana según “Handelsblatt” 5,7 millones de euros anuales, que son 20 veces más que Angela Merkel, 28 más que Theresa May y 73 más que Mariano Rajoy.
La prensa dice que en España Garijo no tuvo oportunidades y que tuvo que emigrar.
Claro: España no tiene la sede de empresas como esa, o como Apple, o como muchas otras en las que hay miles y miles de inmigrantes españoles de altísima cualificación.
Un sondeo en los consulados o anecdóticamente el programa televisivo “Españoles en el mundo” demuestran que nuestros conciudadanos actuales saben salir adelante, teniendo en cuenta además que España es el país europeo que genera menos emigrantes, como veremos mañana aquí.
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SALAS