Los niños viven su infancia pese a todo, y los adultos intentan mantener los ojos y los oídos cerrados. Mientras tanto, algunos se juegan la vida por ayudar a otros...
Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, Edith y Oskar Eberhardt trasladan a su familia -su hija Marina, su yerno Franz y las hijas de estos- desde Berlín hasta una pequeña casa en la tranquila ciudad de Blumental, cerca de Suiza. Oskar, un miembro del gabinete de Hitler, está ausente casi todo el tiempo, y Franz combate en la guerra, de modo que las mujeres de la casa se quedan solas, llevando una existencia tranquila en una pintoresca población.
Sin embargo, la vida en Blumental no es tan idílica como parece. Un joven capitán nazi aterroriza a los ciudadanos a quienes debería proteger. Los vecinos se espían mutuamente, y algunos desaparecen de manera misteriosa.
Mientras tanto, Marina colabora con un sacerdote protestante que ayuda a refugiados judíos a cruzar la cercana frontera con Suiza. Todo se complicará cuando Oskar regrese a casa con la noticia de que el Führer viajará a la zona y que piensa visitar a los Eberhardt.
Encuadernación: Rústica con solapas- ebook
Hacía tiempo que no traía una reseña sobre la II Guerra Mundial. La buena gente es una novela histórica que nos narra el conflicto desde un punto de vista no muy trillado. Las novelas por lo general están ambientadas o bien en grandes ciudades o en un campo de concentración que parece que capta más lectores porque nos gusta el morbo. En esta ocasión nos vamos a un pequeño pueblecito y vemos la historia desde una familia alemana, que ve como su vida y si pueblo cambian de la noche a la mañana y cómo en contra de lo que pudiera parecer por ser alemanes no viven fuera del miedo.
El comienzo me ha resultado bastante pesado me ha costado bastante meterme en la historia y congeniar con los personajes, pero una vez entrado en materia y habiendo cogido el hilo ya la progresión se ha mantenido y no ha decaído.
Está muy bien llevada y para el poco periodo que abarca el ritmo pausado, como la vida aparente en el pueblo , no para, la vida sigue aunque sea de forma lenta. En un lapso temporal de sólo tres días, pasan un montón de anécdotas. Es la vida en un pueblo pero aderezado con el conflicto bélico, me refiero a que todos guardan secretos, unos ayudan a otros aunque también haya enemigos de por medio, pero a la hora de la verdad se arrima el hombro. Una novela casi familiar sin dejar de lado la crueldad del asunto.
Los personajes resultan entrañables, centrándose en la familia Eberhardt, que parece que vive ajena al conflicto real por mucho que el abuelo trabaje en el Ministerio y que hasta Hitler les visite.
Una visión distinta, no entra en el morbo fácil o por decirlo de otra forma no busca la lágrima del lector, y en ocasiones un soplo de aire fresco en este tema es de agradecer porque la historia te atrapa.
Reseñado por Rocío Carralón
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