La butaca de travis. ant-man

Por Ositotravis
Una vez más con estos calores, vuelvo a mi refugio favorito, el cine, en esta ocasión a ver una película de superhéroes, que me encantan. Hora de conocer al hombre hormiga.

El universo cinematográfico de Marvel cada vez se va haciendo más grande. Después de presentar al núcleo duro con los Vengadores, ahora empiezan a llegar los personajes más periféricos como pasó hace un año con Guardianes de la Galaxia o ahora con Ant-Man.
Ant-Man o el Hombre Hormiga, vuelve a ser una película de orígenes con algunas ligeras variaciones respecto a otros títulos similares de Marvel. La primera variación es que no se trata de un origen como tal, sino de la herencia de un personaje, la que recibe Scott Lang (Paul Rudd) de manos de Hank Pym (Michael Douglas). La segunda es que, en general, es una película mucho más cotidiana y familiar que las anteriores. Tanto Lang como Pym luchan, además de por salvar el mundo, por sus respectivas familias. Lang es un ladrón recién salido de la cárcel y alejado de su hija por esa situación, Pym es un antiguo empresario de éxito acosado por sus fantasmas del pasado que le han hecho perder el poder en su empresa y la relación con su hija. La amenaza surge cuando el actual director de la empresa de Pym retoma el viejo proyecto de empequeñecer y comprimir la materia (y a un ser humano) con la idea de vender la tecnología al mejor postor.
La amenaza es, como cabe esperar, el detonante de un camino redentor para ambos. Para Lang es la oportunidad de convertirse en ese héroe que su hija cree que es. Para Pym la de enmendar errores del pasado en lo profesional y personal.
A partir de ahí la película decide apostar por la sencillez y con una estructura de peli clásica de robos y naturalmente como esperábamos el enfrentamiento entre el nuevo héroe y el villano.
Viendo el resultado parece que la película se centra más en la parte humana que la de los superpoderes. En otras películas de Marvel suele hacerse hincapié en la idea de que el héroe se culmina cuando domina sus poderes, su don, para hacer el bien. Aquí sin embargo el tema de las habilidades es más el relleno divertido para construir una película sobre la idea de la responsabilidad como personas corrientes. No es un tema ajeno al resto de títulos del estudio, pero sí que se aborda de una forma más humana y con un enfoque esencialmente familiar, porque los errores repercuten en la relación con los seres queridos.

Es por eso que una vez que la película entra en su tercer acto, lo resuelve en un tiempo bastante corto, a diferencia de los clímax interminables que nos vienen ofreciendo muchos de estos títulos, y siempre sin despegarse de esa idea de la familia en juego.
A su vez, este universo más cotidiano y contenido, donde dominan los espacios domésticos y las calles normales, siendo la empresa de Pym la localización más grande, además de ayudar a esa idea de película cercana y familiar, cumple una función claramente estética y espacial. Cuando el protagonista cambia de tamaño, el impacto de ver cómo un pequeño baño se convierte en un gigantesco valle de metal, es mucho mayor que si ya partiéramos de una localización amplia y de gran escala. Con todo, más allá de la primera transformación, la película tampoco se recrea en subrayar el impacto del mundo visto a gran escala.
En cuanto al personaje protagonista, viendo el resultado final de la película, queda la sensación que lo que interesaba más era su imagen de tipo corriente que cae bien a todo el mundo que su faceta más cómica. La película, aunque tiene sus momentos de humor, no destaca por ello ni resulta más cómica de lo que pudiera ser cualquier otra de las cintas de Marvel.
Es una película que ni decepciona ni entusiasma, la sensación es más la de haber visto una peli entrañable con la que resulta muy fácil empatizar, pero que quizás pase más de puntillas por su faceta de cine de espectáculo. 
Espero que os guste tanto como a mi. Un hociquito muy chiquitín
Ah! Y os dejo con el trailer.