La cabeza de Dios

Publicado el 23 junio 2011 por Santiago Tuñez

“A veces, siento que me gustó más el de la mano, el primero. Qué mano de Dios, ¡fue la mano del Diego!” A su estilo, Maradona tomó la pelota, hizo su eterno pique corto y enfocó esas palabras en un ángulo imaginario. Fue en su libro Yo soy el Diego, donde admitió lo que vieron millones de futboleros. Todos, menos el hombre de negro: el tunecino Ali Bennaceur. Se trató de un reconocimiento público. Todo lo contrario a lo que hizo 25 años atrás. Ahí, en el vestuario del Azteca, el Diez escuchó las preguntas. Y al responder, vendió un amague risueño. Tan pícaro como su mano. “Lo juro por lo que más quieran: salté junto a Shilton, pero le di con la cabeza. Lo que pasa es que se vio el puño del arquero y por eso la confusión. Pero fue de cabeza, no tengan dudas”.