Aunque ningún estudio a largo plazo ha mostrado la efectividad de los cachetes, tampoco existe ninguno que haya demostrado que este tipo de castigo cause efectos importantes a largo plazo
¡Toma ya! Yo recibí algún azote y cachete de niña, y debo decir que a largo plazo no me ha dejado secuelas, pero a corto plazo... ufff, cómo me escocía la dignidad. Y ese es el tema, creo, todo el mundo se lleva las manos a la cabeza cuando un padre da una paliza a su hijo, todos ven en ello una barbaridad por la secuelas físicas (visibles y escandalosas). Pero si se trata de "un cachete a tiempo", no lo ven mal, ni exagerado, ni irracional, total, no deja huella... ¡que le pregunten al niño cómo le queda el alma! Y sí, crecerá y ese cachete no habrá interferido en su desarrollo si tiene suerte, pero no creo que pueda nunca olvidarlo, olvidar cómo se sintió, la sensación de sorpresa, de incomprensión y de confusión cuando alguien a quie amas por encima de todo te da "un cachete por tu bien", casualmente la misma persona que te dice "no se pega".
No quiero extenderme. Solo diré que me parece muy desafortunado ese artículo y que una marca de productos para niños y con tantísima repercusión, debería preocuparse más por difundir una política de tolerancia cero ante estas conductas.
El artículo ya ha sido retirado, supongo que por el revuelo causado, pero os dejo el texto íntegro:
Sin lugar a dudas, el tema más debatido entre padres y médicos es si los castigos físicos como los cachetes debieran o no formar parte de la educación de los niños, el dilema de pegar o no pegar. Todos consideran que la disciplina es importante, pero no todos concuerdan en las formas en que ésta debe aplicarse.
En 1996, tras varios años de investigaciones y debates, la American Academy of Pediatrics (Academia Estadounidense de Pediatría) emitió una declaración de consenso acerca de los castigos físicos, cuyos puntos principales mencionamos a continuación.
Pegar, una de las formas de aplicar castigo físico, se define como:
* Castigo físico que es no perjudicial.
* Su objetivo es modificar el comportamiento.
* Se aplica con la palma de la mano en los brazos, las piernas o las nalgas del niño.
Aunque ningún estudio a largo plazo ha mostrado la efectividad de los cachetes, tampoco existe ninguno que haya demostrado que este tipo de castigo cause efectos importantes a largo plazo.
Otro tema muy distinto son los castigos físicos infantiles que van más allá de estos límites, como por ejemplo, golpear con objetos, dar bofetadas en otras partes del cuerpo (como la cabeza o el rostro), causar heridas o combinar los castigos físicos con la rabia descontrolada.
Dicho tipo de castigo no modifica el comportamiento en forma permanente y se asocia con efectos negativos a largo plazo, tales como aumento de la agresividad, baja de la autoestima y problemas para relacionarse con el resto de las personas. Este tipo de castigo corporal se debe evitar.
* Los cachetes no deberían ser la manera principal para aplicar disciplina a ningún niño. Si queremos lograr que un niño se comporte, existen métodos mejores, cuyos efectos son más duraderos y de menor riesgo.
* No es recomendable pegar a bebés ni a niños menores de 2 años, ya que el riesgo de causar heridas y de que el castigo se intensifique es mayor para este grupo de edad.
* Si el encargado de cuidar al niño siente que pierde el control, no es aconsejable que golpee al niño ya que en esas circunstancias, el peligro de causar daños físicos y psicológicos es mucho mayor.
* Los castigos físicos en niños mayores y adolescentes no son efectivos y se les asocia a conductas agresivas y muchas otras formas de disfunción del comportamiento en etapas posteriores de la vida.
* Si los padres sienten que pegan "constantemente" a su hijo, deberían retractarse y ver si pueden actuar de forma distinta. Por lo general, existen muchas formas que pueden ayudarnos a mejorar las cosas.
Disciplinar significa enseñar, pero la enseñanza o el aprendizaje no pueden llevarse a cabo si los niños siempre escuchan la palabra "No". Los padres que pegan mucho generalmente sienten que pierden el control y no logran imponer disciplina de forma eficaz. Además, es posible que uno de los padres le esté exigiendo demasiado a su hijo, que éste se sienta muy herido o frustrado o que la situación empeore antes de que uno de los padres decida hacer algo al respecto.
* Hoy en día, a todos nos preocupa la agresividad que existe en nuestra sociedad, la cual está siempre presente y a la cual nuestros hijos están expuestos de forma constante y abrumadora. Actualmente, el castigo físico tiene un significado distinto al que tenía hace un par de generaciones.
* No es bueno enseñar a un niño que los problemas se resuelven mediante conductas agresivas, una lección que lamentablemente corren el riesgo de aprender a través de los medios de comunicación.
* Si crees que debe pegar a un niño para que se comporte, al menos reserva ese castigo para las situaciones en que deseas lograr un impacto inmediato en él y mostrarle que esa conducta no sólo está prohibida, sino que también es peligrosa. Un ejemplo sería que el niño corra hacia una calle o encienda una cocina.
* Por lo general, el castigo físico asusta y enoja al niño y resulta muy molesto para la mayoría de los padres. Estas riñas dejan cicatrices, por lo tanto, es importante que pienses bien antes de golpear a tu hijo para ver si realmente vale la pena hacerlo.
* La información es clara con respecto a muchos puntos: golpear a niños mayores, golpear con objetos, golpear la cabeza, el rostro o el vientre, causar heridas o cicatrices permanentes, son acciones que producen daños que promueven la agresividad, los problemas de comportamiento y el resentimiento en el futuro.
Cualquiera que sea tu decisión con respecto a pegar, asegúrate de que todos los miembros de la familia y la niñera estén de acuerdo en la forma en que aplicarán la disciplina. Las contradicciones perjudicarán los planes mejor elaborados. Ten por seguro que los niños que perciben que hay diferencias de opinión van a causar una pelea entre sus padres o recurrirán a la abuela para que los proteja. Un niño que no conoce límites, que no está seguro de las consecuencias de sus actos o que cree que la disciplina es negociable, es un niño ansioso e infeliz. Juntaos y discutid este tema. Un plan de disciplina elaborado en conjunto es conveniente para todos.
Artículo realizado por la Dra. Suzanne Dixon.
Avalado por Instituto Universitario Dexeus.Bracelona.