La permanencia "eterna" en el poder de los cargos públicos españoles es una de las principales causas de la corrupción y del deterioro acelerado que está sufriendo el país. El poder político es tan fuerte, arrogante e impune que ha perdido el miedo a la ley y al castigo, lo que representa una verdadera desgracia para la nación que tiene esa enfermedad. En la practica, un gobierno puede arruinar a España, endeudarla hasta la locura, despilfarrar como manirroto y hasta acelerar procesos de independencia y ruptura con sus errores, abusos y miserias sin que los ciudadanos ni las leyes puedan hacer nada por impedirlo.
Tampoco tienen miedo al ciudadano, al que los políticos han aprendido a manipular y engañar, dividiendolo, despojándole de valores, desculturizándolo y aborregándolo. Los abusos, fracasos y corrupciones deberían tener como consecuencia el abandono en las urnas, pero los sometidos siguen depositando su voto en favor de gente que, por su actos y logros, ni siquiera merece respeto.
La podredumbre que genera el poder sin controles y límites hizo que Villar se sintiera el "amo" del fútbol español y que Susana Díaz se crea la "dueña y señora de Andalucía", un sentimiento claramente enfermo en el que "dueña" suplanta a "servidora", que es el concepto apropiado para un líder demócrata.
El socialismo andaluz es uno de los mejores ejemplos mundiales disponibles para analizar la podredumbre y el deterioro de un partido por permanecer demasiado tiempo en el poder. Están muertos y no lo saben. Las actitudes y decisiones contrarias al interés general y al bien común se repiten, acompañadas de crueldad, insensibilidad y escaso respeto a las leyes. Lo que ocurre en Andalucía con el Impuesto de Sucesiones y Donaciones es sintomático. El pueblo quiere eliminarlo porque ha quedado demostrado que es injusto, cruel, contrario a la Constitución y dañino para la economía y la empresa, pero Susana Díaz lo mantiene vivo a pesar de las 180.000 firmas en contra, de las manifestaciones en todas las capitales de provincias y de las opiniones de los expertos. Es un caso de soberbia dañina, típico de los partidos que llevan demasiado tiempo en el poder y han perdido el alma y la razón ética.
La mas terrible labor de zapa y destrucción de los valores y de la nación lleva 40 años haciéndose, no solamente en Andalucía y Cataluña sino en otras muchas regiones. Las 17 taifas, con sus corruptelas y corrupciones, han sido el caldo de cultivo de la decadencia y el escenario de la corrupción y del deterioro de la democracia. ese "escenario". Ahora, por culpa de una clase política sin altura, sin valores, sin grandeza y sin sentido de la democracia y del concepto de servicio a la ciudadanía. Los políticos acuden a la vida política para adquirir poder, hacer carrera y solucionar sus vidas, pero nunca para servir a la nación y a los ciudadanos. Por culpa de la "casta", a la que el pueblo desprecia cada día con más intensidad, en vez de "café para todos" tenemos ahora, después de cuatro décadas de vigencia de la Constitución, "veneno para todos" y procesos de ruptura y deterioro que avanzan sin freno.
Algunos se escandalizan y sorprenden ante ese independentismo catalán suicida y lleno de odio o ante la corrupción y el distanciamiento del pueblo que han protagonizado los políticos que gobiernan Andalucía, una tierra desgraciada siempre en la cola del progreso y en la cabeza del atraso, pero otros nos preguntamos si en realidad no era éso, o algo parecido, lo que se pretendía al "crear", para sustituir al Franquismo, una falsa democracia con demasiado poder para los partidos, en la que los políticos y no el pueblo ocupan el protagonismo y la sustancia y en la que las tendencias al abuso, a la opresión camuflada y al saqueo son casi imposibles de ser frenadas.
Francisco Rubiales