Ya iba tocando dejar la pereza reseñil a un lado y, como empieza a ser costumbre, gracias al reto de los imprescindibles, abrimos el año con la lectura de uno de los relatos del maestro del misterio y lo oscuro. Hasta la fecha ya han caído El pozo y el péndulo y El cuervo. Digamos que no me ha gustado lo mismo que el primero, pero ha mejorado la sensación del segundo.Argumento:Un joven caballero es invitado al viejo caserón de un amigo de la infancia, Roderick Usher, artista enfermizo y excéntrico que vive completamente recluido en compañía de su hermana, Lady Madeline, también delicada de salud. Usher vive presa de una enfermedad indefinible, lo que hace a todos temer por su vida. Al ser un cuento, el argumento no da para explicar mucho más sin entrar en detalles que es mejor descubrir por cuenta propia. Si tenéis curiosidad, lo podéis leer, en apenas un rato, completo aquí. Por más que la historia sea simple y bastante sencilla, el autor peca de narrativa rimbombante y artificiosa. Al final parece que le importa más cómo cuenta la historia que la trama en sí, dando como resultado que el desenlace es la única parte realmente interesante vista desde ojos actuales. El resto del relato narra la convivencia de un un hombre, que se cree preso de una maldición familiar, y un amigo que intenta aliviarle y levantarle el ánimo con poco éxito. Quizás lo más interesante de esta parte sea el morbo que despierta cierta frase que podría dar a entender una relación incestuosa entre los hermanos.Ya digo, lo interesante se concentra en el desenlace que sorprende aún siendo lo que se esperaba desde la primera referencia a una grieta en la casa (metáfora del estado de sus dueños). Echo de menos la intensidad del primer relato que leí, pero al menos se puede decir que la tensión, el ambiente oscuro y opresivo prepara el cuerpo para un clímax que no decepciona y cumple lo que promete.A título personal, lo que más me ha gustado del relato en sí es la ambigüedad con lo fantástico. Todo lo que pasa podría ser explicado por causas naturales, pero al mismo tiempo, no es descartable la existencia de algo realmente sobrenatural, jugando con la idea de si realmente hay una maldición o todo son delirios del enfermo. Me parece que es una historia que se merece algunas relecturas para ir sacando, con cada una de ellas, algo nuevo. Visto en perspectiva entiendo que sea uno de sus relatos más alabados por la crítica, aunque una primera lectura no satisfaga todo lo que se espera.