La caída del imperio marrano

Publicado el 19 noviembre 2010 por Pepemantero

De igual modo que acusaron al imperio romano (al que sucedieron) de perseguirles, ahora acusan a los “activistas homosexuales” de perseguir cristianos. Lo acaba de decir, no ha mucho tiempo, la lengua bífida del cardenal Biffi, emérito de Bologna (buen plan le dábamos). Estos tipos alteran los términos; o sea, mienten.

¿De qué vive la iglesia católica? Vale, del dinero, eso está diáfano. Bien, de sojuzgar conciencias, claro también. Pero la iglesia católica vive y sobrevive por su autoconciencia de martirio, esto es, por su complejo de ser perseguida, por su manía persecutoria. Y, para ello, no ceja en el empeño de inventarse enemigos, perseguidores, diablos y diablejos y al toro que mató a Manolete.

¿Quién, más que la iglesia católica, persigue a las personas gays? ¡Nadie! Es más, el resto de persecuciones que hay en el mundo contra nosotros, vienen insufladas, impulsadas alevosamente por la iglesia católica (y no hago la distinción entre jerarquía y pueblo, ya que si el pueblo calla ante tropelías e injusticias jerárquicas, es cómplice de las mismas). Ellos, por arte de birlibirloque (o sea: de la más zafia mentira) cambian los términos y convierten al perseguidor en víctima, y viceversa. Con más poca vergüenza que sentido de la historia y de lo que realmente pasa.

Cuando dicen que cayó el imperio romano, en realidad no hizo sino transformarse en el imperio marrano eclesial que genera anélidos como este Biffi: perseguidores con manía persecutoria. ¿Caerá este imperio marrano? Se transformará, pues la maldad tiene muchos recursos.