"Existen tres vías para llegar a Castle View desde la pequeña ciudad de Castle Rock: por la carretera 117, por Pleasant Road y por las Escaleras de los Suicidios. Cada día de este verano —sí, incluso los domingos—, Gwendy Peterson, de doce años de edad, ha tomado el camino de las escaleras, que ascienden en zigzag la ladera rocosa, a la que están sujetas por fuertes (si bien oxidados por el tiempo) pernos de hierro. La niña sube andando los cien primeros escalones, al trote los cien siguientes y corriendo los últimos ciento cinco, empecinada y a tumba abierta —como diría su padre—. En lo alto se dobla por la cintura, resoplando como un viejo caballo de tiro, con la cara roja, las manos apoyadas en las rodillas y mechones de pelo sudorosos cayéndole sobre las mejillas (da igual lo mucho que se apriete la coleta, siempre se le suelta durante ese último esprint). Sin embargo, se aprecia cierta mejoría. Cuando se endereza y mira hacia abajo a lo largo de su cuerpo, alcanza a verse las puntas de las playeras, algo impensable en junio, el último día de colegio, que también coincidió con su último día en la Escuela Primaria de Castle Rock".
Ya hemos hablado de King en este blog. Muchas veces. Así que no es de extrañar que hoy traiga a mi estantería virtual, La caja de botones de Gwendy.
Conocemos a Wendy cuando está a punto de cambiar de cambiar al instituto de secundaria de Castle Rock. Es un cambio importante y una de las cosas que Gwendy quiere dejar atrás es su sobrepeso junto a ese estúpido mote que le puso un niño. Por eso cada día sube las escaleras de Castle Rock. Pero un día se encuentra a un hombre que parece saber mucho sobre ella. Y no solo eso, además dice que tiene algo que le pertenece: una caja. Una caja que puede cambiar la vida de Gwendy con sus palanquitas y botones, pero que también supone una responsabilidad. Y la preocupación constante por si alguien la encuentra.
Esta vez King escribe a cuatro manos con el escritor y guinista Richard Chizmar. Juntos desarrollan esta historia corta en la que reconocemos perfectamente al maestro en la idea pero quizás no tanto en el desarrollo. Lejos de esos personajes de mediana edad que se ven sobrepasados por las circunstancias, en esta ocasión la protagonista es una niña en pleno paso a la adolescencia y la acompañamos durante unos cuantos años. Con un regusto a La tienda volvemos a Castle Rock, ese lugar conocido por todos los admiradores de King, al que por un lado iríamos encantados y por otro no no acercaríamos ni estando ebrios. La novelita juega con las inseguridades de una joven para proponerle colmar su mayor deseo mientras le deja la advertencia de la responsabilidad que eso puede su poner. Es decir, conocida la avaricia del ser humano, si le propone perder peso sin esfuerzo, ¿le tentará apretar uno de los botones de la caja para ve qué deseo le satisface o qué provoca? Porque, tal y como le dice el hombre a esta joven: ella es la custodia y también "tu ya sabes lo que pasará si pulsas uno de esos botones". Y ya tenemos el juego mental en marcha. Cualquier cosa en la vida de la joven, vaya bien o mal, será culpa de la caja. Y es que la mente humana es capaz de convencerse de casi cualquier cosa y Gwendy será testigo y víctima de ello. Seremos pues partícipes de su angustia y también de sus avances en la custodia de tan extraordinario artefacto que llegará a ser el centro de su vida y con el que mantendrá una lucha constante para evitar vivir bajo la obsesión de perderlo.
King y Chizmar escriben por tanto una historia con un cierto regusto a aquellas que escribiera el maestro del terror hace años, pero lo hacen de una forma totalmente light, como si, de repente, el terror fuera algo de adultos y ahora estuviéramos ante una versión tolerada para todos los públicos. Es por eso que el lector no puede evitar tener la sensación de estar ante una oportunidad desaprovechada para volver a la senda de hace años que King parece haber abandonado definitivamente.
La caja de botones de Gwendy es una novelita entretenida. Sin nada más que añadir al respecto.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias.