La función de la Caja del Agua, también llamada Conservera, era llevar agua al centro de la ciudad desde la Cañada del Lobo, por medio de un acueducto al ras del suelo. Como parte del proyecto también se construyeron otras fuentes a lo largo de la Calzada. La obra se concluyó e inauguró, según algunos historiadores, en 1835.
La Conservera abasteció de agua a los barrios de San Miguelito, San Sebastián y al sur de lo que hoy conocemos como centro histórico durante el resto del siglo XIX y principio del XX. En ese lapso aparecieron los aguadores, quienes sacaban agua en grandes garrafas llamadas chochocoles y la llevaban hasta los hogares de los consumidores por dos centavos.
En 1953, con el crecimiento de la red hidráulica, ya no fue necesaria la Caja del Agua y fue declarada monumento histórico.