Últimamente he tenido la oportunidad de ponerme al día con dos series que tenía en el rincón de pendientes acumulando polvo. Una era Carnivale y… ¡uffff! Que dolor de cancelación (ya habrá tiempo para dedicarle unas líneas), y la otra a la que vamos a dedicarle unas líneas ha sido Bored to Death, comedia detectivesca raruna de la HBO cancelada recientemente para nuestra desgracia. Comencé a verla en su día a partir de las buenas críticas cosechadas, sin embargo, la primera temporada no me acabó de convencer. No llegué a conectar con el tono de su humor y acabé por relegarla al cajón de abajo. No obstante, una vez terminada su tercera y última temporada, no puedo sino sentir lástima de una serie que ha ido de menos a más en cada uno de sus capítulos.
Nuestra entrega de La Caja Lista sobre Bored to Death, tras el salto.
Bored to Death nos relata la historia del curioso Jonathan Ames (Jason Schwartzman, chico-Anderson), un escritor de poca monta que después de publicar su primera novela no encuentra la inspiración necesaria para enfrentarse a su máquina de escribir (bueno, ahora en realidad todos usan Macs). Para su desgracia, su novia decide dejarle en la estacada harta de sus raptos alcohólicos con el vino blanco y su afición a la marihuana con apenas dos centavos en el bolsillo, por lo que toma la determinación de dedicarse al carismático oficio de detective privado, sin licencia y sin la más mínima preparación. En sus disparatados casos no estará solo, ya que tanto el barrigudo Ray como su amigo y excéntrico millonario George le salvarán el pellejo en más de una ocasión en cada uno de sus rocambolescos casos.
El humor de la serie de la HBO es bastante exclusivo, de hecho -a mi me ocurrió-, es necesario visionar varios capítulos para llegar a captar el tono (como por ejemplo sucede también en Wilfred). El creador de la serie Jonathan Ames (que otorga a su protagonista su propio nombre) crea una atmósfera que divaga entre un tono cómico de lo más excéntrico y neurótico con los ingredientes clásicos de cualquier novela de Agatha Christie del propio género del cine negro. Sin embargo, a pesar de que la serie posee un formato de veinte minutos por capítulo en temporadas de ocho episodios, consiguen crear personajes con los que realmente logramos simpatizar porque a pesar de todo ese histrionismo que les rodea también tienen que hacer frente a los miedos del hombre común.
Pero si algo tiene Bored to Death es clase, mucha clase. Sin duda, uno de mis personajes preferidos es George Christopher (un Ted Danson pletórico), un egocéntrico y vanidoso editor de una revista, que se pasa el día detrás de las mujeres, fumando hierba y buscando sentido a una vida primada por haber dado placer a todos sus sentidos. En cuanto a Ray (Zach Galifianakis), es un personaje de lo más curioso que te puedes encontrar en el mundo de la comedia. Un dibujante de cómics que vive a expensas de su novia, que se pasa el día bebiendo y colocándose sin dar un palo al agua y que encima se queja por tener que hacer las tareas del hogar. Aunque bueno, también es el flamante creador de Super Ray, un superhéroe que representa su propio alter ego cuyo poder es vencer a sus enemigos con sus gigantesco rabo. Sin olvidar la gran némesis de Jonathan Ames, Louis Green, su archienemigo por excelencia que siente un profundo odio hacia Jonathan y que nunca pierde la oportunidad de intentar destruirle.
Es realmente una lástima que la HBO una vez más nos deje tirados sin que lleguemos a despedirnos de los personajes como Dios manda. Además, siendo capítulos de tan poco duración no entiendo que les hubiera costado filmar otros veinte minutos más y no dejar la imagen de la HBO como una cadena en ocasiones (Deadwood,Carnivale) sin corazón parael espectador. Bored to Death es una comedia diferente, que no encuentra el chiste fácil pero si cuantiosas situaciones absurdas que te harán disfrutar de lo lindo. Prueba de ello es su magnífica tercera temporada que simplemente ha sido desternillante, pero desgraciadamente este final prematuro no estaba escrito