La calle de Santa María

Publicado el 22 mayo 2015 por Tetodelgado @RutasPorMadrid

Calle de Santa María

La calle de Santa María

Hacía tiempo que no me escribía sobre el origen de ninguna calle de Madrid. El otro día, conversando con mi querido amigo e ilustrador Carlos Pan, residente en el barrio de las Letras, me preguntó si podía darle información sobre el origen del nombre de su calle: Santa María. No andaba desencaminado, pues él sabía que tenía algo que ver con una imagen de la Virgen que se encontraba en esta zona. Para él y todos vosotros, y por encontrarnos en el mes de mayo -mes de la Virgen María-, me he decidido a escribir esta entrada. ¡Espero que os guste!

La calle de Santa María se encuentra, como dije anteriormente, en el barrio de las Letras. Discurre desde la calle de Moratín hasta la del León, en cuya esquina se desarrolló la historia que dio nombre a la de Santa María. Don Pedro Veluti, un noble caballero de origen italiano, trajo consigo un lienzo en el que aparecía la Virgen contemplando al Niño Jesús, acompañada por San Juan Bautista y San José. Como era costumbre colocar imágenes religiosas en las esquinas de las casas, el piadoso de don Pedro colocó la suya en la anteriormente mencionada esquina.

Esta imagen sufrió varios ataques iconoclastas. Uno de ellos fue protagonizado por unos herejes que vinieron a Madrid en 1623 acompañando al entonces príncipe de Gales, futuro Carlos I de Inglaterra, quienes le asestaron varias cuchilladas. Estos hechos llevaron al señor Veluti a cambiar en dos ocasiones el lienzo original.

Visto lo sucedido, la imagen despertó la devoción de los madrileños, entre los cuales destacó Catalina Flores, esposa de un buhonero de la Corte y madre de la actriz Bernarda Ramírez. La Flores quedó tullida tras el parto de su hija y determinó hacerle una novena como rogativa para recobrar su salud. Era tal su fervor que durante esos días se la veía durmiendo a los pies de la Virgen. Al noveno día, ya sea fruto de la sugestión o de un milagro, cuentan que la mujer se sintió totalmente curada y arrojó las muletas.

Desde entonces la popularidad de esta imagen fue in crescendo, hasta el punto que la Congregación de Actores la tomó como Patrona, bautizándola como la Virgen de la Novena, y trasladada en 1624 a la vecina parroquia de San Sebastián, donde se acordó la construcción de una capilla propia, finalizada en 1665.