Rua Gonçalo de Carvalho, en la ciudad brasileña de Porto Alegre (Brasil), tiene unos 500 metros de largo y encierra un bosque en sus aceras con más de cien árboles. La mayoría de los árboles fueron plantados en la década de los setenta.
El lugar ha sido reconocido internacionalmente por su patrimonio ecológico, ambiental y cultural.
Espectacular. Mientras unos pocos conservan, otros se cargan lo poco que nos queda.
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