(Fuente: http://www.neoteo.com/)
Pongamos que la cámara empieza en el aeropuerto, el punto de partida cuando entramos a Venezuela en las pocas líneas aéreas que quedan. Y en un dos por tres, vemos a los pocos turistas que vienen a recibir la plaga de la compra de dólares, probablemente 2 de cada 5 turistas que vienen son “asaltados” por estos compradores/vendedores de dólares, los otros tres son robados en el taxi que los sube al aeropuerto. Un poco más allá, en el puerto, un “funcionario” está poniendo precio a su firma para sacar un conteiner, el precio a veces forma parte del contenido del conteiner o corresponde a la moneda más buscada por los venezolanos en la revolución: El dólar. Unos kilómetros más allá, en cualquier club privado donde cualquiera baja a pasar un buen rato de tranquilidad y paz, dos venezolanos de baja voz le confirman a un miembro del gobierno que van a juntarse para guisar trayendo alimentos chimbos de cualquier parte del mundo. Cerca, en los diferentes barrios de la zona o las misiones viviendas que viven aguantando el respirito, los venezolanos con más dificultades se quejan pero son calmados a realazos o con enseres que los tranquilizan hasta la próxima queja: Para que trabajar si me regalan los reales y solo tengo que marchar, para que echarle pichón si igualito me van a dar mis tres lochas.(Fuente: http://venezuelahistoricaycultural.blogspot.com/)
(Fuente: http://notasvargas.blogspot.com/)
Después de kilómetros de cemento, una de las decenas de playas espectaculares del Litoral Central, un grupo de venezolanos disfrutan de un playazo como los de toda la vida pero se aproxima una patrulla de PoliVargas para pedirles que se vayan a partir de las 2pm porque no están en capacidad de cuidar la zona. En cualquiera de los pueblo de la zona, en una posada anónima, una familia es objeto de un brutal atraco con lo que se termina de activar su ida del país. Otro grupo que intenta volver a Caracastan, se accidenta y con ello pierden el vehículo, sus pertenencias pero lo peor, su dignidad. La humillación del gobierno del malandraje los deja en la última lagrima que emanan por este país.(Fuente: http://www.lapatilla.com/)
Ya en la capital de la república, en cualquiera de los hospitales públicos, no hay médicos, perdón, no hay médicos, equipos, insumos, dicho popularmente cuando uno se arrecha: No hay un coño. Empieza entonces el rally hospitalario, buscando el que tenga lo mínimo necesario para atender la dolencia o convalecencia de la persona que no puede pagarse un seguro. Un poco más allá, en un supermercado hay una extensa lista y no para cobrar un premio, es para comprar harina pan que apenas llegó, 33 minutos y se acaba.(Fuente: http://www.noticias24.com/)
Debajo del firmamento, la cámara percibe un metro colapsado, sin aire, con grupitos de choros en diversas paradas para arrebatar lo que sea al desprevenido. Igual si los detienen no hay policía que haga algo. Se va la luz y el mar de gente a caminar por las calles, la conversa va entre los eventos sociales de los venezolanos y la tragedia social del país, al final lo matamos con una birra, si hay.El turista que escapó a las vicisitudes de llegar al infierno de gracia se traslada a Margarita a través del aeropuerto nacional, aun ríe de haber pagado para utilizar oxígeno para respirar. Llega a la isla y el contrato que había coordinado para alquilar un carro “desaparece”, habiendo prepagado en dólares le devuelven los reales en bolívares. Por ser extranjero el taxista le roba hasta el alma, esos que triplican o cuadriplican el precio cuando el idioma suena raro. Llegado al hotel no hay luz, ni agua, ni buen servicio. El pobre turista se acuesta en la cama resignado a que podrá disfrutar de un día de playa, en la que minutos después será asaltado por el malandraje formal, aquellos ladrones que van guapos y apoyados por tener el visto bueno del régimen.(Fuente: http://somosmargaritaverde.blogspot.com/)
Los locales en la isla, tratando de mantener el pundonor, viven con lo que pueden, con lo que llega, con lo que no sobra. A pesar de las hermosas iniciativas por limpiar la isla, algunas están devastadas por basura, lo mismo que muchas playas de tierra firme, el turista se quiere ir de vacaciones a su casa. La casa como cárcel, así se convierte la noche caraqueña, valenciana, maracaibera, la de cualquier ciudad del país, el que sale lo hace ligando que la bolita de la rueda de la fortuna no caiga en muerte, secuestro, susto.(Fuente: http://www.el-nacional.com/)
En la sede del gobierno hay de todo menos gobierno, los grupos de poder del régimen se pelean los guisos que van quedando mientras el país se sumerge en un mar de mieles de sabores amargos. La asamblea sesiona como el propio club de amigos del difunto, o mejor aún, un club de fans para el presidente y sus secuaces. La oposición aunque le discute al club de amigos sus posturas, suele terminar asumiendo la postura del que le van a dar y calladito.(Fuente: http://dattv.tv/)
Los estudiantes universitarios siguen en su pelea, otra vez abandonados a la suerte de un país que los admira pero les da la espalda, otros presos y los demás haciendo vida en otras naciones. Pasa el día y llega el presidente de todos los venezolanos, el de China claro, viene a revisar sus tierras, sus reales y sus esclavos. Putin se siente menos y manda unos reales a ver si por lo menos le dejan el puente, o Maracaibo o la fiesta de la Chinita o algo.(Fuente: http://prodavinci.com/)
El presidente colombiano, no Santos, pone cara de baba cuando ve que el jefe le tira unos reales, aguantamos unos meses más con la gente sumisa. Los venezolanos quieren pelear pero con medio cuerpo en el extranjero, en cualquier viviendo anónima de Caracas, Mérida, Barquisimeto o cualquier ciudad – o lo que queda de ella – del país, las familias se debaten entre luchar, quedarse, huir o aguantar. Esa duda del país que habrá después, ¿después de qué? Ni eso sabemos, pero el país como funciona actualmente está condenado a morir.(Fuente: http://www.venezuelansuncoast.org/)
El turista aquel, antes de irse a su tierra intentó ir a Choroní, destino favorito de cientos de miles o millones de venezolanos. Consigue el bus con los bolívares que le quedan pero en las curvas del parque se accidenta y le recomiendan que vaya a pie. Caminando montaña abajo se da cuenta que es uno de los estados oficialistas por excelencia, y por esas casualidades, es objeto de intento de atraco por lo menos una vez por kilómetro. Ya en Choroní recibe el trato amable de aquellos que saben que el turismo es la industria idónea, pero las limitaciones de los restos del país que murió antes que el gigante, hacen la experiencia apenas soportable.(Fuente: http://prensademiranda.com/)
La cámara sigue viajando por todos los rincones del país: Gandolas que se “accidentan” y las asaltan, decenas casi centenas de personas objetos de asaltos, atracos, ataques y asesinatos, colas por montones para comprar lo que llegue, gente reuniéndose en el aeropuerto para despedir a los que van quedando, poca luz, poco futuro, poco…(Fuente: http://ovario2.com/)
Somos Haití con petróleo, los venezolanos que se aprendieron de memoria el discurso del odio, mal trato, rechazo, violencia, imposición, gas del bueno y coñazos a como dé lugar se hacen mayoría. Les queda el esqueleto de un país propiedad de los chinos. Por ahí nos vemos, así sea en la cola para pagar el oxígeno.(Fuente: http://www.skyscraperlife.com/)
(Escrito el viernes, por si la cosa con el general detenido se pone peor y no lo he mencionado)