La batalla había dado inicio tan sólo unos días después, exactamente el 19 de junio y fue un absoluto desastre para los japoneses quienes arriesgándolo todo perdieron unos tres portaaviones y muchísimos buques más; así como casi 400 aviones y valiosos pilotos que a esa altura de la guerra eran irremplazables, paralizando prácticamente toda operación importante japonesa en el mar. Con esto su marina mercante y de guerra ahora estaba herida de muerte, lo que hacía suponer que la victoria de los yanquis en esta campaña estaba casi asegurada. Estos mismo sellaron el destino nipón al día siguiente y se marcharon sin ninguna baja en cuanto a buques de guerra y poco más de cien aviones derribados.
Otra batalla muy importante fue la reconquista de la isla de Guam, tradicional propiedad de los yanquis desde la mencionada guerra hispano-estadounidense, por lo cual resulta natural el interés en retomarla. La ofensiva aquí empezó el 21 de julio y finalizó el 10 de agosto, como vemos, fue mucho más breve que la anterior pero igual de fatal. Los ataques banzai y contraataques sorpresa nipones fueron pan de cada día y los aliados tuvieron que adaptarse a situaciones similares, sin embargo, al final lograron colocar su bandera sobre la isla vencida. Al igual que la anterior, esta también sería convertida en una importante base aérea para así poder desplegar la aviación sobre distintos puntos del Pacífico. Uno de los datos más curiosos es que el sargento Shoichi Yokoi y algunos compañeros decidieron no rendirse y continuar la guerra de guerrillas con escasas armas y provisiones creyendo que podría revertir la situación, al final los demás murieron
Y él se quedó solo, llegando a vivir aislado durante casi ¡28 años! Tiempo después regrasría a Japón logrando fama por su resistencia. Luego de Guam tenemos otra batalla importante, en este caso la librada en la isla de TInian. La misma empezó el 24 de julio y concluyó el 1 de agosto. Luego de que los yanquis rastrillen la isla con artillería naval y con bombardeos aéreos. Se creyó ablandar las defensas niponas, pero nada de eso sucedió. 30 mil marines en total invadieron la pequeña isla defendida tan sólo por aproximadamente 9 mil japoneses.
Ante la desesperación de una batalla casi perdida, pues la aviación había sido casi aniquilada con la Batalla del Mar de Filipinas y los bombardeos aliados, los japoneses lanzaron continuos ataques suicidas, pero que nunca lograron quebrar las posiciones yanquis, teniendo en cuenta que estos usaban modernos equipos y blindados. Los poblados de la isla quedaron totalmente arrasados y el avance aliado se hizo imparable. Una vez conquistada la isla, se convirtió en un muy importante puerto aéreo, de hecho desde allí saldrían los b-29 que bombardearían Hiroshima y Nagasaki respectivamente.
Así quedó casi en su totalidad asegurado el archipiélago. Para Estados Unidos la campaña sellaba una nueva victoria, clave, pues ahora se habían colocado muy cerca del territorio japonés propiamente dicho, y se albergaba con expectativa la esperanza de que no faltase nada para que la guerra finalizara rápidamente en el Pacífico. Sin embargo, a pesar de las nuevas bases aéreas los yanquis seguían preocupados pues estas pequeñas islas generaban toda clase de preocupaciones a la hora de ser tomadas, ¿sería igual en Japón? Definitivamente parecía un futuro trágico…a propósito para los nipones toda la campaña de las Marianas fue un verdadero fiasco. Los yanquis habían tenido unas 9500 bajas, pero los japoneses habían perdido toso su brazo armado, más de 63 mil soldados muertos, eso sin contar que su aparato bélico naval y aéreo estaba fulminado. Las siguientes batallas seguiría siendo igual de duras para los japoneses, pero revertir el curso de la guerra era algo verdaderamente imposible.
Escrito por: Joaquín Toledo, especialista en historia del mundo, historia antigua y con amplia experiencia en investigaciones sobre conflictos bélicos.