El motivo de esta reflexion nace de la siguiente promesa que nos hace Jesús: "Pide y se te dará, Busca y encontrarás, Llama y se te abrirá". Pero cómo hay que pedir, pedimos la paz para México, para el mundo, para tu familia, pedimos dignidad, salud, trabajo, justicia, prosperidad... ¿Cómo hay que pedir?. Hay muchos ejemplos en la escritura de cómo hay que pedir, uno de mis preferidos es el de esta mujer extranjera "La Cananea". Y el evangelio de San Mateo nos la presenta en el capítulo 15, versículos del 21 al 29 como un modelo de petición, de busqueda, de llamado. Es un hermoso texto de cómo hay que pedir, cómo hay que llamar, cómo hay que buscar a Dios y cómo hay que buscar la paz y todo eso que necesitas, tú y tu familia.
A esta mujer cananea su hija se le enferma, dice el evangelista que la niña estaba endemoniada. Al ver que Jesús pasaba por ahí con sus apóstoles, se pone a gritar: "Hijo de David ten compasión de mi hija que esta enferma" y saben que hace Jesús, la mujer va gritando y Jesús pasa de largo, la mujer continua gritando y Jesús no le hace caso, y sigue insistiendo: "Hijo de David ten compasión de mi ayúdame", y Jesús no solo sigue de largo, si no que dice también: Yo solo he sido enviado a las ovejas de Israel. Esta mujer no se rindio, siguio insistiendo y se puso de rodillas: "Señor, Hijo de David ten compasión de mi ayúdame". Y Jesús no solo le puso la primera prueba, la más dificil de nuestra petición que es nuestra busqueda, cuando Dios parece que no nos hace caso y Dios se calla.
Cuánto le has pedido por ese hijo, cuánto le has pedido porque haya paz en México y Dios se calla. Segunda prueba, Dios parece que te rechaza, le va bien a los malos y a ti no, porque no es para ti... Tercera prueba, la más dificil dice San Agustín que leyo este texto en el siglo cuatro: La mujer se arrodilla y le dice: "Señor, Hijo de David ten compasión de mi ayudame", en eso Jesús le dice: "Deja que se sacien los hijos primero, pues no esta bien, dar el pan de los hijos a los perros", y saben ser perro o decirle a alguien que es un perro es terrible, es una humillación muy grande, para Jesús los hijos son el pueblo de Israel y los perros son los paganos, los que adoran a falsos dioses. Y la mujer en toda su humildad contesto a Jesús: "Señor es cierto lo que dices, pero también los perros comen las migajas de pan que caen de la mesa donde comen los hijos".
Pide y se te dará (Mt 7,7) Con cariño, Tu Amigo Daniel Espinoza