'La canción de los maoríes' de Sarah Lark

Publicado el 04 diciembre 2012 por Carol
Título: La canción de los maoríes (Das Lied der Maori)
Autor: Sarah Lark
Traducción: Susana AndrésEditorial: Ediciones B (febrero 2012)Año de publicación: 2008Páginas: 703
Precio:  21,50 euros


Reconozco que si no hubiera necesitado este libro para completar el reto Meribélgica de este año (que a estas alturas aún no sé si seré capaz de terminar, me está pareciendo complicadísimo), no lo hubiese leído. Y eso que la primera parte, En el país de la nube blanca del que podéis leer aquí la reseña que hice en su momento, me gustó bastante. Y es que nunca me he fiado mucho de los libros que se alargan en segundas y terceras partes, hay veces en que sí, está totalmente justificado, pero me da la sensación de que en la mayoría de los casos, se debe más a un afán comercial por estirar el éxito conseguido con el primer volumen que porque realmente sea necesario. Esa sensación me ha dado con esta saga familiar, y eso que cuenta con un aliciente bastante importante, y es que no se limita a continuar con las protagonistas del anterior libro, sino que son las nietas de estas quienes protagonizan La canción de los maoríes.

Greymouth, Nueva Zelanda


El libro vuelve a trasladarnos a Nueva Zelanda, a finales del siglo XIX, y a sus impresionantes paisajes, una tierra todavía nueva a la que llegan continuamente nuevos inmigrantes en busca de una vida mejor como ganaderos, mineros, buscadores de oro, cazadores de ballenas, etc... Las protagonistas son en este caso Elaine y Kura, dos adolescentes muy diferentes entre sí, la primera amante de los animales, sueña con poder dirigir algún día una granja de ovejas al igual que su abuela Gwyneira; su prima Kura, mitad maorí, quiere dejar atrás el país y marcharse a Europa donde triunfar en los escenarios como cantante. No quiero contar más porque la gracia de este tipo de libros es ir descubriendo la historia por nosotros mismos. Lo que sí que os adelanto es que los sueños de ambas no serán tan fáciles de conseguir y que les sucederán multitud de aventuras, así como historias de amor, quizá demasiadas y mucho más abundantes que en el primer libro.

Mina Brunner, en la que se inspira la autora para su novela


Tal y como comenta la propia autora al final del libro, Nueva Zelanda fue descubierta en 1641 y los primeros colonos no llegaron a ella hasta 1790, aunque la verdadera colonización no se llevó a cabo hasta 1830. Nos encontramos entonces ante un país extremadamente joven, algo a lo que quizá haya que agradecer esos preciosos paisajes vírgenes y que explica el espíritu aventurero de los personajes. Los maoríes, el pueblo nativo, es uno de los atractivos de la novela, aunque para dar título a la misma, y ser una de las protagonistas mitad maorí, se queda corta su presencia. Apenas algunos apuntes sobre su forma de vida y en especial de su música que, la verdad, dejan con ganas de saber más sobre este pueblo. Uno de los grandes atractivos de la novela es el de conocer la vida en un pueblo minero, cómo se empleaban medios obsoletos y no se cuidaba en absoluto la prevención de accidentes o la salubridad de las familias que vivían hacinadas alrededor de las minas, por culpa de la codicia de los dueños de las mismas, que se negaban a modernizar sus instalaciones y métodos de extracción. 

Queenstown, Nueva Zelanda

La novela es entretenida, aunque me ha gustado menos que la primera parte. Si en aquella las protagonistas conseguían que empatizáramos con ellas desde el primer momento, no sucede lo mismo con las protagonistas de esta que pasan un poco sin pena ni gloria, son personajes mucho más estereotipados y no consiguen que nos interesemos realmente por ellas. Además, en La canción de los maoríes se abusa de la trama romántica llegando a ser un poco pesada, por no hablar de que se repiten algunas situaciones y personajes que ya se vivieron en la primera novela. De este modo, tengo claro que se trata de uno de esos libros con los que se ha querido alargar el éxito editorial de la primera parte, sin que fuera necesario continuar con la historia, ya que estas descendientes de las protagonistas de la primera novela (sus nietas) aportan ya poco y sus aventuras se hacen un poco repetitivas. Es por eso que el libro me ha durado más de lo que me suelen durar, es entretenido, se lee muy fácilmente, pero me faltaban ganas a la hora de ponerme a leerlo, me sonaba ya todo a historia ya leída. La tercera y última parte de esta saga familiar, El grito de la tierra, ya está a la venta, con nuevas protagonistas, Lilian y Gloria, y ambientada entre Nueva Zelanda y Gran Bretaña. Llegados a este punto, me imagino que en cuanto la tengan en mi biblioteca la leeré, más que nada por completar la trilogía.

Westport, Nueva Zelanda


Como ya van tres libros seguidos que no me dicen nada y que incluso me quitan las ganas de leer, me he tirado a lo seguro, a mi querido Patrick Modiano que no me ha decepcionado hasta el momento, y he de decir que la novela que estoy leyendo ahora Barrio Perdido, de la que tan solo llevo unas páginas me está encantando: París, memoria, identidad, nostalgia, recuerdos... todos esos ingredientes que hacen tan atractivos sus libros y que nos permiten soñar. Por fin un libro que me recuerda lo placentero que es leer, ya os contaré...