EN LO PASADO ESTÁ LA HISTORIA DEL FUTURO de J.D. Cortés
Vaya por delante que no he visto el reciente estreno del documental “778- La chanson de Roldán”. Por lo tanto, ignoro el tratamiento que hace de la historia y del rigor de los hechos documentados. Pero me sirve para reflexionar, al igual que me hubiera servido el Cantar del Mío Cid, sobre cómo se nos trasmiten los episodios del pasado y de cómo, aún sabiendo que constituyen alabanzas épicas, al final conforman opinión y modulan la Historia. Para los franceses Roldán es un bravo bretón sobrino de Carlomagno que cruza los Pirineos para luchar contra el islam en un enfrentamiento que no podía terminar hasta que las ordas sarracenas fueran sometidas.
Tras siete años de luchas vuelve a la actual Francia y de regreso los desagradecidos musulmanes atacan la retaguardia, lo que hace que Roldán tenga que solicitar la ayuda de Calomagno. Los acontecimientos narrados tienen muy poco que ver con lo sucedido, pero sirvió para silenciar la derrota de Ibañeta (Roncesvalles), para ocultar quiénes fueron los vencedores (de ahí la importancia de quién escriba la Historia), pasar por alto el incendio de la cristiana Pamplona y el fracaso del asedio de la musulmana Zaragora.
Los estados siempre estuvieron preocupados por controlar las opiniones y tergiversar las realidades. La información se suministra preparada y cocinada para que el consumidor se vaya haciendo eco de ella en dosis fácilmente digeribles para sus intereses. Hay poderes financieros y políticos que se rodean de esos nuevos juglares que son muchos medios de comunicación para difundir historias amañadas que llegan a las rotativas directamante del fax de un ministerio, subsecretaría, o pope de la banca. Estos trovadores modernos pueden llegar a ser grandes artistas del entretenimiento, cantando o recitando las noticias con micrófonos, cámaras y grabadoras con las cuales ensalzar la épica de sus protagonistas.
¿Hubiera servido para algo que la Canción de Roldán o el Cantar del mío Cid hubieran contado la historia como realmente fue? ¿Serviría de algo que los medios de comunicación señalasen junto a la noticia el modo en que accedieron a ella? Posiblemente de poca cosa, pero quizás ayudara a borrar de la Historia a héroes que no lo fueron y para no dar tanta importancia a noticias de primera página que llegaron ya escritas por medio de un fax. Quizás también nos ayudaría a reconocer el sabor de la comida si nos dijesen en qué fogones se prepararon las viandas y por qué llegan cocinadas con esas texturas. Y es que en ocasiones los Estados nos recitan la épica de los Cantares en una incesante letanía que, a fuerza de ser machacona, nos creemos real.