Esta es fábula muy real.
Tan real es el cuento
que todo lo que aparecerá
les sonará a invento.
Tanto como el que Moby Estar
les contaba a sus cercanos,
sus conocidos, sus paisanos,
a los que trataba con descaro!
Porque nuestro gigante era malo,
malo, como el culo de un marrano,
era avaro y ambicioso,
tanto como la posadera de un oso.
Cantaba fatal, rediez!
Le cantaban hasta los pies...
Pues muy sucio había que ser
si como gigante quería proceder.
Quiso un día las estrellas mover
y pidió ayuda a los de Españaña,
un país de buen comer,
se pirraban por las bananas.
Ni que decir tiene, que Moby-Star
engañó a ñañaneros y ñañaneras
prometiéndoles plataneros
si le hacían una pirámide altanera...
Un castellet en el que apoyarse...
para lucrarse de estrellas,
meterlas en su faldriquera
y no compartir ni las centellas!
Y así lo hizo el muy desafinadizo,
el rufián, insolidario y advenedizo!
Quedose rácano todo el firmamento
y a los que le auparon... Ni un pimiento!
(Dijeron:)
-"Te avisamos que esta conversación
puede estar siendo grabada
y prometiste darnos por nuestro espaldarazo
al menos de una estrella un cazo!"
No les hizo ni caso,
-"lo mío es prometer
y de lo prometido
yo... paso!"
Y los ñañaner@s
dieron la espalda al julandrón,
buscaron a otro gigante
que buenas frutitas les dió.
Y colorado colorín,
colorín colorado,
el que no levante el pompis...
se le queda pegado!!
Moraleja: las estrellas no movió
porque el cielo no es de quien roba
fulgores fugaces ajenos
sino de quien del bien se enamora !