Por cierto, hasta que al ir a empezarlo no leí en la solapa que se trataba de unas memorias pensaba que era una novela más, así que no sé cómo enfocar la reseña. No sabría deciros si cuando lo pedí fui consciente de este dato.
Argumento
Las memorias incandescentes de la infancia de Jennifer Lauck, que narran la historia de su vida a principio de los setenta y las circunstancias verdaderamente extraordinarias de una infancia perdida: una madre enferma de cáncer, un padre ambicioso y adicto al trabajo, un hermano mayor con el que no se lleva bien, descubrimientos impactantes y muchas vueltas de la vida.
Visto por los ojos de una niña, los cielos eran siempre azul y la vida perfecta. Pero al poco tiempo todo en lo que confía Jennifer y lo que había aprendido a amar empieza a quebrarse. Pero Jennifer descubre su mejor recurso: su propia fuerza de voluntad para salir adelante.
Reseña
Tengo un serio dilema interno mientras tecleo: ¿Cómo valorar una vida? ¿Cómo valorar la historia de una niña que lo pasó tan mal? Supongo que la única opción es centrarme en la parte de la escritura. Y ésta no es para echar cohetes.
El libro tiene un enfoque que es un error enorme: contar las memorias en presente desde la voz de la autora como niña. Esto supone que parece mucho más una novela que lo que es en realidad. Desde los 5 a los 11 años aproximadamente, que es lo que cubren sus 400 páginas, son demasiados detalles que es imposible que recuerde. Si hasta hay largos diálogos. Esto hace pensar que ha recurrido a mucha ficción para llenar los huecos y genera dudas de la veracidad de todo lo que va más allá de los eventos principales que marcan su vida.Otro punto flojo que genera este estilo es la falta de perspectiva y un cierto análisis algo más objetivo, incluso desde la subjetividad de contar la propia historia, que siempre nos aporta el paso del tiempo. Hay cierta persona que entra en su vida a mitad del libro y que es un estereotipo con patas ¿De verdad era tan mala esta persona? Por favor, si le recrimina que le dé desayunos saludables y la apunte a un club de correr. Hasta se establece un claro paralelismo con cierto cuento clásico en un recurso literario que me ha parecido pedante y exagerado.
Todo queda reducido a una especie de cronología morbosa contada por una niña (que en realidad no lo es porque es la adulta la que escribe y se nota) con demasiados detalles superfluos y poca profundización en lo que realmente importa. Y al final, hasta los sucesos importantes y graves de su vida pasan sin mucha trascendencia por las páginas.
Un detalle no menor y que aún le resta más puntos es la inclusión al principio del libro del informe médico que habla de la defunción de la madre. Medio libro destripado innecesariamente pues lo podría haberlo incluido cuando se da. Más aún, el informe comenta problemas intermedios de ésta por lo que muy pocas sorpresas habrá hasta su muerte.
La autora dice que fue al ser madre cuando se animó a escribir y que ha rehecho su vida. Me alegro mucho por ella, con las malas experiencias por las que pasó se lo merece. Sin embargo, haber tenido una vida dura, aunque da base de sobra para ponerse a escribir, no supone que el libro resultante sea bueno. Y éste no lo es.