Una de las claves fundamentales de la novela policiaca es la vinculación del crimen y el ambiente, no solo social, sino geográfico. Frente a las nieblas londinenses, los hielos nórdicos, los rascacielos neoyorkinos o los interminables horizontes manchegos, la narrativa policial del sudafricano James McClure (1939-2006) transcurre en Zululandia, la Sudáfrica del apartheid.
McClure escribió ocho novelas protagonizadas por una pareja interracial: el teniente blanco Tromp Kramer y el sargento negro Mickey Zondi, de las que hasta ahora solo se habían traducido tres al español. La canción del perro, que acaba de editar Reino de Cordelia con traducción de Susana Carra, es la última de las que publicó, aunque en su cronología interna inaugure la serie, porque supone el primer encuentro entre el detective y su ayudante.
Con una brillante mezcla de intriga y calidad literaria, de testimonio social y capacidad narrativa, de ironía y crítica política del racismo, porque –como ha declarado el propio McClure- el crimen dice mucho acerca de una sociedad.
Santos Domínguez