La canonización de santa Teresa (1622-2022): historia de la recepción

Por Maria Jose Pérez González @BlogTeresa

La Revista de Espiritualidad dedica un número doble (nº 323-324. Abril-Septiembre de 2022, 81) al IV Centenario de la Canonización de Teresa de Jesús. Presentamos ahora el número. Dentro de unos meses estará disponible para su descarga a través de la página web de la Revista. En su momento, avisaremos desde este blog.

Editorial 

El 12 de marzo de 1622 era canonizada santa Teresa. Y junto a ella algunos españoles más. Y un italiano. Cuatrocientos años después nos hacemos eco de aquella efeméride. Porque las vivencias y percepciones del pasado, así como su historia de la recepción, cuando se leen e interpretan en clave rigurosa, siempre nos brindan una lección para el presente. La historia, como nos recuerdan los clásicos en frase ya tópica, siempre es magistra vitae.

Para llevar a cabo esta labor hemos contado, en la elaboración y redacción de este número doble de Revista de Espiritualidad, con un elenco de especialistas de sobrada solvencia y de reconocido prestigio. Y así, las tres primeras colaboraciones del presente volumen, que ofrecen cierta unidad y progresión temática, corren a cargo de Julen Urquiza, Rosa María Alabrús y Ricardo García Cárcel, y Luciana Lopes dos Santos.

A través de los procesos de beatificación y canonización, felizmente publicados por Urquiza, nos adentraremos en el viaje que terminó en la ansiada meta de la canonización. Allí se encontrará el lector con la vitalidad de aquella aventura, la vida cotidiana y las costumbres del momento histórico, y especialmente aquellas monjas carmelitas que con tanta pasión siguieron las huellas de la Madre. Ana de san Bartolomé, su enfermera, es testigo insólito y admirable. Su empatía con Teresa, en sus momentos finales, queda recogida en estas poderosas y sentidas palabras:

«Y, en yéndome, no sosegaba la Santa, sino mirando a un cabo y a otro. Y díjola el Padre si me quería, y por señas dijo que sí, y llamáronme. Y viniendo, que me vio, se rio; y me mostró tanta gracia y amor, que me tomó con sus manos y puso en mis brazos su cabeza; y allí la tuve abrazada hasta que espiró, estando yo más muerta que la misma Santa».

Alabrús y García Cárcel insisten en elementos que sustentaron la causa de beatificación: el cuerpo incorrupto (¡y tanto!), las fundaciones, sus virtudes personales, las gracias divinas, los milagros, los escritos, las primeras biografías (¡el jesuita Ribera!), etc. La promoción de Teresa es aquí presentada como baluarte del denostado catolicismo. Pero también como demanda política de la monarquía española del momento, frente al sinfín de acusaciones pintorescas (¡muchas de ellas!) contra la monarquía, el país, la religión… La identificación del papa Gregorio XV con la monarquía queda plasmada en los cuatro españoles que son canonizados.

Lopes dos Santos reitera los fundamentos de la causa enriqueciendo las perspectivas y las interpretaciones de los mismos. La autora nos sitúa sabiamente en el trasfondo de las luchas intestinas entre los mismos carmelitas, especialmente tras la muerte de Teresa. Figuras como Gracián, Doria, Ana de Jesús o María de san José, entran y salen de escena para hacernos comprender mejor algunos elementos de dichos procesos. No olvidemos que en 1592 Doria manda expulsar a Gracián de la Orden, y ordena silenciar a Ana de Jesús y María de san José. Los con- textos y la forma son analizados aquí, más que los contenidos. Y porque adentrarse en los procesos de canonización de Teresa, implica conocer una red de relaciones complejas, de frailes, monjas, letrados, nobles. Y caminar por la geografía ibérica. Y a veces, llegar hasta Roma.

Y por Roma nos adentramos de la mano de Silvano Giordano en la recepción y las huellas que Teresa dejó en la Italia de entonces. En la difusión de la figura de Teresa, antes de la canonización, y más después, jugó un papel clave el creciente número de frailes y monjas carmelitas. También las imágenes, la pintura, la escultura. ¡Cómo no recordar a Bernini! Y la difusión y traducción de las obras de la Santa, ya presente a finales del siglo xvi. El proceso de canonización impulsó la producción de obras literarias y figurativas y la elaboración teológica de su pensamiento, que se impuso a finales del siglo xvii como criterio de referencia en las controversias acerca de la teología mística.

Óscar Aparicio nos ofrece una admirable síntesis de los avatares por los que pasaron los diversos patronatos de la Santa en España, siempre junto al apóstol Santiago. Ahí están fechas tales como los años de 1617 (siendo la Santa todavía beata) y de 1627 respectivamente. Poco después fue derogado dicho patronato teresiano. Otros intentos, en contextos muy distintos, se dieron en el siglo xix y en el siglo xx: todos fracasados. Muchas veces se ha querido hacer de Quevedo el «chivo expiatorio» de todo. Pero como muestra el autor, lo realmente relevante fue el papel jugado por la Iglesia y cabildo de Santiago de Compostela.

La dimensión festiva de esta canonización, así como la contemporaneidad de la Santa, es estudiada de manera precisa por Luis J. F. Frontela. Las fiestas y danzas celebradas con verdadero regocijo por las beatificaciones y canonizaciones eran, en aquella sociedad barroca, uno de los hechos sociales más relevantes, en los que participaba todo el pueblo. Y un aspecto muy significativo fue presentar a Teresa como una «santa moderna», conocida y tratada por muchos que aún vivían. Además, era una santa propia, de la tierra: «Ayer la vieron tratar y conversar con los mismos que hoy ven los divinos loores que la Iglesia católica le da».

La última aportación de este número de la Revista es un amplio y necesario y novedoso estudio de la recepción que el tercer centenario de la canonización de Teresa tuvo en el año 1922. El autor, Manuel Diego, nos va guiando con maestría por algunos de los hitos más sobresalientes de aquella efeméride. Hitos que, y esto es clave, tuvieron una gran repercusión a lo largo del siglo xx. Repercusión que acaso llega hasta nuestros días. Por ejemplo, es ahora cuando se construye el estereotipo de la «Santa de la Raza», felizmente destruido con visiones históricas de rigor. La así llamada fiesta nacional (12 de octubre) había surgido poco antes, en 1918, con claras connotaciones de «fiesta de la raza».

Una figura señera, que sobresale ya en estos momentos (nos recuerda el autor), es el padre Silverio de santa Teresa (1878-1954), que lleva a cabo la edición crítica de los textos de la Santa (con la BMC, cuyo vol. 1º apareció en 1915). Ahora, a esa labor crítica, se une la divulgativa y popular, con la estupenda y novedosa idea de hacer una edición manual en un solo volumen, que apareció en 1922, y que cosechó un enorme éxito. Y finalmente ahí está el doctorado «honoris causa» con- cedido por la Universidad de Salamanca, celebrado con la presencia del rey Alfonso XIII, uno de los actos más brillantes. Eso sí, celebrado por unos, y censurado por otros. Hasta el punto de que algún admirador de la Santa, albense para más inri, llegó a escribir sobre tal evento: «esa sandez cívico-académico-religiosa, que santa Teresa no les agradecerá». ¡Y acaso toda hipérbole esconda algo de verdad!

ESTUDIOS

  • URQUIZA, JULEN,  La canonización de la madre Teresa de Jesús: el camino de los Procesos. En el Cuarto Centenario
  • ALABRÚS IGLESIAS, ROSA MARÍA Y GARCÍA CÁRCEL, RICARDO,   La construcción de la santidad de Teresa de Jesús
  • LOPES DOS SANTOS. LUCIANA,   «Y la tuvo particular devoción»: un estudio sobre la canonización de Santa Teresa de Jesús desde sus procesos
  • APARICIO, OSCAR,   Santa Teresa de Jesús, copatrona de España: historia de la recepción
  • GIORDANO, SILVANO,   «Riquísima en dones celestiales». Teresa de Jesús en Italia en el siglo xvii
  • FERNÁNDEZ FRONTELA, L. JAVIER,   Fiesta por la canonización de Teresa de Jesús, una santa de «nuestro tiempo»

NOTAS Y COMENTARIOS

  • DIEGO SÁNCHEZ, MANUEL,  «Que nos alimentemos de su celestial doctrina». La coyuntura y utilidad del tercer centenario de la canonización de santa Teresa (1922- 1923)