La cansina plaga

Publicado el 12 agosto 2014 por Vigilis @vigilis
Mientras escribo esto desde un bunker secreto subterráneo solo accesible a quienes se conocen la contraseña ("patata") me entero del fallecimiento del héroe y modelo de conducta Miguel Pajares. El padre Miguel es uno de tantos cristianos que dedicaron su vida a los demás de forma silenciosa y sin pedir nada a cambio. Dios lo tenga en su gloria.
Es temprano para saber las circunstancias de este fallecimiento. Sabíamos que el padre Miguel estaba infectado con el virus del ébola y que experimentaron en él con el ZMapp. Yo espero que el ZMapp no cree ni un levantamiento simio ni un apocalipsis zombie, pero no descarto ningún escenario. Como en Guerra Mundial Z, siempre debe haber alguien que se tome en serio el escenario imposible.

Todo aficionado a la ciencia ficción apocalíptica sabe que una enfermedad como el ébola hace al paciente proclive a desarrollar otras enfermedades concomitantes. Si bien esta enfermedad tiene una tasa de letalidad del 60%, el no tratar correctamente otra posible patología presente aumenta la mortandad. En general, uno está más fastidiado si en lugar de un virus tiene un cóctel de virus jugando al voleibol en sus riñones, pulmones e intestinos, todos calentitos y a gustito en un portador cuyo sistema inmunológico está más desahuciado que la prima loca de Ada Colau.
Lo importante del caso es que nos deja con menos información de la que teníamos antes: ignoramos si murió por el ébola, por la tuberculosis, por el cólera, por ser una persona mayor o por ahogarse con su vómito. Y peor aún: al haber recibido el ZMapp, no sabemos si funciona o no funciona. No, no le van a hacer la autopsia.

Peter Mohrbacher

Lo que sí sabemos es de la gente que se recupera. Sobre todo niños. Puede que en el caso de esos chavales liberianos y sierraleoneses más majos que las pesetas se unan las circunstancias de ser tratados con tiempo, no tener enfermedades concomitantes y seguir las órdenes de los médicos.
El #ébola no es una sentencia de muerte. Vandy, de 7 años, ha superado la enfermedad http://t.co/mhr3Pp8mHR pic.twitter.com/CQIcsXsrwC
— UNICEF ComitéEspañol (@unicef_es) agosto 11, 2014

"Seguir las órdenes de los médicos" es una de esas ideas estrafalarias que hallarán poco eco. En primer lugar porque los médicos se supone que no tienen ni idea de virus, higiene y contagios: jamás sabrán más que tu cuñado. En segundo lugar porque "seguir órdenes" es facha y anatema. Y en tercer lugar porque quien usa el altavoz mediático se mueve por intereses partidarios propios de la Camorra: "¿cómo puedo sacar partido de la desgracia ajena?".
Ha fallecido de Ébola, después de una repatriación, la habilitación del Carlos III y un tratamto compasivo. Algo tiene que explicar sanidad.
Gaspar Llamazares (@GLlamazares) agosto 12, 2014

Pero volviendo al maravilloso mundo del virus malvado, que tanto ocio nos ha proporcionado en obras como Guerra Mundial Z (el libro, no la película), La guerra de los mundos, Estallido, Órdenes ejecutivas (Tom Clancy en el cénit de su obra), Contagio, Doce monos, El último hombre vivo (las dos), Soy Leyenda, The Walking Dead (la serie y el cómic), La amenaza de Andrómeda (las dos), Doomsday y 28 semanas después; debemos preguntarnos si el virus del ébola nos sirve como punto de inicio de una trama apocalíptica. La primera impresión es que al tratarse de un virus que muta poco y cuya letalidad es conocida y limitada, puede que no sea el mejor candidato para desencadenar La Plaga de la Extinción.
Un repaso impreciso a las actuales plagas que matan a centenares de personas cada día nos proporciona mejores candidatos. Estas son algunas de las epidemias que ahora mismo están en marcha pero que por alguna razón no reciben eco mediático:
  • Encefalitis japonesa en Bangladesh, noreste de India y Bután. Países desconocidos, ambientes exóticos y en las últimas semanas centenares de muertos.
  • Una docenita larga de muertos por la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en Pakistán e infectados en Kazajistán. Esta enfermedad mata tan rápido que no le da tiempo al bicho de expandirse y contagiar a muchas personas en cada brote. Es una enfermedad descubierta en los campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial que décadas después se redescubrió en África Central. Hoy vuelve por Asia Central como Paco por las rebajas.
  • Fiebre de Chinkunguña. Pese a que los mosquitos que transmiten esta enfermedad están haciendo de las suyas en el Caribe, Estados Unidos, Hispanoamérica y Filipinas, este candidato se cae de la convocatoria por el reciente descubrimiento de su vacuna.
  • Enfermedad desconocida en Darfur. La calidad de "desconocido" tiene fecha de caducidad, pero mientras tanto llama tanto la atención como la pareja del capitán del equipo de Lacrosse en el baile de fin de curso del instituto. A saber la de cosas todavía no descubiertas que andan por ahí.
  • Cuñados que se automedican. Podemos probar con algo cercano y no exótico: la afición de los idiotas que se toman antibióticos como juanolas. El abuso de los antibióticos baja su efectividad, lo que hace que los bichitos microscópicos se clasifiquen para la final de la champions en el cuerpo de esos insensatos, reduciendo la capacidad conjunta de las poblaciones de hacer frente a La Plaga de la Extinción. Recuerda: en que tú estés sano influye mucho que tus vecinos estén sanos. Si ellos dejan de estar sanos tú lo pagas.
  • Peste porcina africana en Rusia y Países Bálticos. Mueren centenares de cerdos y no me refiero a nostálgicos comunistas rusos, sino al bicho del que se aprovecha todo. Este virus es un viejo conocido en nuestro país, con un poco de suerte puede mutar y ser transmitido a los humanos. En cerdos su letalidad es del 100%.
  • Ántrax en Rumanía y Serbia. Tengo esperanzas puestas en el ántrax, pues el nombre es sonoro y sabemos de grupos terroristas que lo saben manejar.
Estos casos mencionados son tan solo de las últimas semanas. Si nos ponemos en plan quinceañeras hagámoslo bien, con criterio, con portadas en la prensa que no ayuden a nadie, como las de El Periódico.

Muy bien, campeones, pero vendéis más con una playmate en portada y además no hacéis el canelo.

Reencarnarte y que te toque ser "niña china":