La cápsula del tiempo

Publicado el 01 febrero 2013 por Siempreenmedio @Siempreblog

No he podido evitar pensar en las cápsulas del tiempo al ver que la guerra de nuevo (más bien los hombres) se han llevado por delante una fuente de cultura, al devastar la biblioteca que, en el desierto de Tombuctú, en Malí, custodiaba miles de manuscritos antiguos. Las cápsulas del tiempo son muy estadounidenses, muy de película, cuando aparecen esos adolescentes que guardan en una caja música, cómics, cartas y otros recuerdos que quieren que en el futuro desentierren los habitantes del planeta (o los extraterrestres). Y es que he llegado a la conclusión de que, por desgracia, la única manera de proteger nuestra cultura es enterrándola bajo tierra, aunque nos cueste el alto precio de no poder disfrutarla nosotros. Este año se cumplirá, en marzo, el decimotercer aniversario, por poner otro ejemplo, de la destrucción de las estatuas gigantes de Buda, en Bamiyán, que llevaban la friolera de mil quinientos años presidiendo las montañas y que “murieron” de la mano del conflicto armado en Afganistán en apenas unos minutos. También el periodista Robert Fisk, en su libro La gran guerra por la civilizaciónen el que hace un recorrido por la historia de la relación entre Oriente y Occidente y sus conflictos, describe la escena de la entrada de las tropas americanas en el corazón de Irak, con la famosa imagen de la caída de la estatua de Sadam en Bagdad, donde los habitantes de la ciudad salían de los museos, sin protección militar alguna, cargados con tesoros de la antigüedad en los brazos. Parece que el ser humano es incapaz de proteger aquello de lo que vive su cuerpo (el ecosistema) y lo que alimenta su alma (cultura). Aquí les dejo un vídeo creado por la UNESCO como motivo, en 2011, del décimo aniversario de la desaparición, para siempre, de los budas de Bamiyán.