la cápsula l

Publicado el 28 mayo 2011 por Serlibre


Se sintió un estallido en la otra cuadra, allá, donde viven los otros. Algunas corridas entrecortadas y un aire enrarecido se colaron por la ventana e hicieron que desdoblara el pespunte de la cortina para olfatear con decoro lo que intuía como una intromisión imposible de resistir. Me retuve un rato pensando en el porqué de mis sensaciones, en la rareza que me provocaba sentirme con pretensiones de invadir un territorio que no me pertenecía. No encontré respuestas. Mi mirada se mezcló con algunas piernas hasta que dejé caer la nuca sobre mi espalda y lo vi pasar al Colo más enrojecido que de costumbre. Lo seguí a varios pasos de distancia para calmarlo de ser necesario, no sería la primera vez que lo acusarían arbitrariamente, algo así como  elegido al azar por el sólo hecho de ser portador de su rostro, un rostro codificado genéticamente y estigmatizado como el de su primo hermano y el de su tío materno.
Se me puso el cuerpo entumecido por la bronca, estremecido por el recuerdo de todas aquellas veces que ese cuerpito con cara roja había sido maltratado en la puerta del colegio con escaleras de mármol. Esa sombra con sotana volvía a aparecer. Me tocaba (no sé si así exactamente) pero lo sentía entre mis brazos y mi pecho. Fuerte.  Contundente. Casi podía escucharlo como en aquel entonces, la voz firme y áspera que le cuestionaba al Colo llegar corriendo. No corrí- decía el Colo- lo juro padre, lo juro. Y nuevamente la voz incrédula que lo alejaba de mí para remontarlo como a un barrilete aturdido hasta perderlo de vista. Y yo ahí, sola, con el mareo de verlo flamear en lo alto sin la oportunidad de explicar lo inexplicable, lo que tuvo que ser comprendido en un solo compás, a lo sumo dos, pero no más. 
Me aflojé, ya habíamos crecido y ahora todo se trataba de otra cosa. Hacia ella íbamos, los dos, él y yo,  como antes pero esta vez a una distancia prudencial y con otras caras que asomaban por encima de nuestros hombros. "Algo", parecido o diferente a lo de antaño nos estaba ocurriendo …