Tras desarrollar un brillantísimo segundo partido, Ray Allen mostró una cara totalmente opuesta en el tercero. Anotó sólo dos puntos de tiro libre y acreditó un horripilante 0 de 13 en tiro (8 errores en triples). La ineficacia de Allen fue importante ya que de haber transformado sólo la mitad de sus intentos los Celtics habrían ganado el partido con solvencia.
Al final el resultado fue de 91-84 favorable a los angelinos. Se beneficiaron de los errores en ataque de los verdes para llevar la delantera durante casi todo el choque pero nunca consiguieron escaparse en el marcador. Faltando poco para la conclusión una canasta de Fisher con falta personal sentenció el choque a favor de los de Phil Jackson.
Kevin Garnett tomó el relevo anotador de nuestro equipo y obtuvo 25 puntos. Paul Pierce aportó 15, con poco acierto, Rondo 11 y 8 asistencias, y Glen Davis 12. Necesitamos una acción más equilibrada de nuestro ataque. Tenemos mejor plantilla que los Lakers y se debería aprovechar.
Kobe Bryant se fue a los 29 puntos y Derek Fisher contribuyó con 16.
Esta final va a ser disputada y va a haber mucha emotividad en cancha. Pero los Celtics tienen que vencer imperiosamente en el próximo encuentro del jueves. El objetivo ahora es sumar victoria en los dos choques que quedan en el Garden para viajar a Los Angeles con match-ball. De no ser así, deberíamos apelar a la épica.