La cárcel de Tocuyito y el hombre nuevo
No es nuestra intención, a partir de esta entrega, hacer un tratado en materia penitenciaria, menos sobre la ejecución de políticas concernientes a la misma, el interés es más bien la valoración de la conducta de oscuros y no menos siniestros personajes que tienen a su cargo la Dirección de cárceles emblemáticas para el Sistema Penitenciario Venezolano, en un contexto de situaciones recurrentes de corrupción, extorsión, chantaje, violencia y muertes. Tocuyito es representativa, la escogí primeramente por una razón sencilla, hace unos cuantos días en una de esas colas interminables que hago allí desde altas horas de la noche para visitar a un familiar, como en una revelación llegaron a mi hechos incalificables sobre la custodia, trato y retención de procesados y penados en el Complejo Judicial de Carabobo conocido como la Mínima de Tocuyito y el Centro de Formación del Hombre Nuevo “El Libertador” (Fénix Libertador), cayendo en cuenta de que el hombre nuevo de Tocuyito viene con plomo en el ala.Hablamos de dos penales ubicados en una misma ubicación geográfica, a las afueras de un apacible pueblo carabobeño del siglo pasado, con manifiestos síntomas de ser cualquier cosa menos centros de formación de un hombre nuevo. En visitas sucesivas me dediqué a recopilar más testimonios y evidencias sobre lo escuchado aquella noche y en otras que seguramente llegarán a su fin después de escribir este artículo, además investigué encontrando cosas terribles que difícilmente sean del conocimiento de la actual titular de la cartera penitenciaria, Mirelys Contreras, son los elementos de convicción que acompañarán a la denuncia que se presentará primeramente en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)*, organismo de la Organización de Estados Americanos(OEA), por los suplicios a que están expuestos los reclusos contrariando derechos constitucionales y protegidos por la Declaración Americana y Convención Americana Sobre Derechos Humanos, también por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Convención contra la Tortura de las Naciones Unidas.Por lo general, la crisis carcelaria se atribuye a la mala administración ministerial, haciendo pasar por debajo de la mesa la incapacidad y malas mañas de muchos Directores de centros de reclusión, creando un problema netamente político, esos directores son ficha de algún personero, dentro o fuera del Servicio Penitenciario, que se siente complacido con sus siniestras ejecuciones cual sociópata, ocasionándole problemas mayores tanto al sistema penitenciario como a la población carcelaria, Jean Carlos Suárez y Héctor Méndez son un preclaro ejemplo, desconocemos quienes puedan ser sus padrinos, lo que sí sabemos es que sus superiores jerárquicos corren el riesgo de tener igual responsabilidad que ellos por los delitos que han cometido desobedeciendo los artículos 43 y 46 de la Carta Magna, solo por nombrar algunos, que estipulan la inviolabilidad del derecho a la vida, así como el respeto que tiene todo venezolano a su integridad física, psíquica y moral.
Jean Carlos Suárez, cumple funciones en el Ministerio de Servicio Penitenciario como Director del Complejo Judicial de Caraboboconocido como la Mínima de Tocuyito, esa fue la recompensa que obtuvo después de ser suspendido en el año 2014 como Sub-Director del Centro Penitenciario Centroccidental David Viloria o Cárcel de Uribana en el Estado Lara, cuando le abrieron una investigación por estar involucrado en el caso denominado “coctel de la muerte”, relacionado con fatídicos acontecimientos donde se registraron 38 muertos y 96 intoxicados. Sucesos rechazados por la Oficina Regional para América del Sur del Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), que exigió una exhaustiva investigación de las circunstancias que rodearon las muertes e intoxicaciones, cuyo resultado es más que elocuente en la persona de este nefasto director penitenciario.En agosto de 2016, el diario El Universal, medio de comunicación impreso oficialista, mejor dicho, pro gobierno, dio a conocer las prácticas inhumanas del director Jean Carlos Suárez, haciéndose eco de denuncias de torturas y malos tratos que en marzo de 2017 se confirmaron ante los órganos competentes como la Defensoría del Pueblo y la Fiscalía General de la República en su contra como violador de derechos humanos. Sin duda este hecho es de suma gravedad, un medio de comunicación de la línea oficialista haciendo públicos los desmanes de este funcionario y que al día de hoy permanezca impune borracho con sus excesos, es algo que habla mal, pero muy mal de un Ministerio Penitenciario que en la persona de Mirelys Contreras he visto resaltando en el exterior “el sentido humanista que nos caracteriza creando oportunidades para la paz y la vida”.Héctor Méndez, cumple funciones en el Ministerio de Servicio Penitenciario como *Director del Centro de Formación del Hombre Nuevo “El Libertador” (Fénix Libertador)*, inaugurado en vísperas de la Noche Buena de 2016, no por eso es signo de esperanza, más bien representa la tristeza de ver relegada la “enseñanza de valores, disciplina, trabajo en equipo, honestidad, respeto y esperanza y contribuir además con la producción social”, para lo cual fue concebido, desviación operada como resultado de criterios personalísimos de este Director en la aplicación del Nuevo Régimen Penitenciario, que lejos de humanizar el sistema carcelario acentúan su carácter pernicioso para la integridad y los derechos de los privados de libertad y sus familiares. Uno ve estos hechos y entonces empieza a entender muchas cosas que seguiremos compartiendo con ustedes estimados lectores.
Félix Francisco Bertomolde @memientanchico “Las imagenes que salen en la portada, no son de responsabilidad del autor del escrito”
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