Título: La caricia de la bestiaAutora: Cristina C. PomboEditorial: Espasa, 2017Páginas: 436.SINOPSIS.
En un bosque solitario, dos adolescentes son brutalmente atacados por un ser de una fuerza sobrenatural. En su declaración, ambos sostienen que el agresor es un zombi.
La inspectora Laura Tébar es encargada de la investigación. Se trata de una profesional de 55 años, brillante, solitaria y con un carácter temible forjado en un pasado lleno de errores imposibles de remediar. Se la respeta y se la teme a partes iguales. Con Tébar, y a su pesar, comienza a trabajar el subinspector Merino, un joven tan inexperto como intuitivo y motivado.
Los dos no pueden ser más opuestos y no tardan en chocar. A través de la novela, el lector asistirá a un auténtico tour de force entre ambos personajes, que pasarán lo suyo antes de permitirse el mínimo respeto mutuo que les permita colaborar y enfrentarse a unos seres tan misteriosos como violentos, que atacan desde lo más profundo del bosque, parecen invulnerables y desaparecen sin dejar rastro.
Cristina C. Pombo trama una intriga originalísima que supone una vuelta de tuerca en el thriller contemporáneo, un género en que parecía que todo estaba inventado y al que, sin embargo, le faltaba traspasar una última frontera que, literalmente, está en el más allá.
IMPRESIÓN PERSONAL.
No me gustan los zombis. Ni verlos ni leer nada sobre ellos. No es por miedo o inquietud; simplemente, dentro de lo terrorífico, a mi me suelen desagradar especialmente. Es de esas cosas que en cuanto aparecen en la tele, me hacen cambiar de canal de inmediato. Por eso podéis ir tranquilos con esta novela a los que sentís lo mismo con este tipo de personajes, porque este libro no va de zombis ni de muertos vivientes y, de todos modos ¿quien no parece una muerta/o viviente recién levantada/o? Pues eso, hay quienes como yo en algún momento circunstancial podemos parecer zombis. Y hasta aquí llega mi aclaración sobre este particular.
No me ha parecido en absoluto que la novela sea un thriller precisamente porque lo mejor de la misma, bajo mi punto de vista, es la relación personal y profesional que se establece entre la inspectora Laura Tebar y su nuevo compañero, el subinspector Merino "el Cons" y como toda nueva relación entre desconocidos, ésta suele ser pausada y llena de prevenciones lógicas entre jefa y subordinado. Ambos son dos personajes curiosos. La inspectora Tebar, con una antigüedad en el cuerpo y en la vida, que la ha encallecido tanto en carácter como en experiencias profesionales y vitales, ambas cosas tan duras como ella misma. Una profesional que se ha hecho a sí misma y que ha tenido que lidiar en la vida con el machismo inherente durante años en la Policía, y con una vida personal a la que poco a poco llegaremos para entenderla mejor. Y un inexperto Merino, intuitivo, joven y capaz de cuestionarse todo lo que le rodea y hacerse tantas preguntas que su superiora es incapaz de contestar. Un perfecto complemento para una inspectora que parece estar de vuelta de todo y ya poco le importa lo que le rodea y la propia finalidad de su trabajo diario.
La trama en sí misma está bien urdida y rematada aunque, en alguna ocasión, la relación entre los dos personajes principales me ha dado despistado bastante de la investigación. Es como si ésta desapareciera ocasionalmente para que los dos personajes principales puedan avanzar en su relación personal para poder retomar luego el caso. No obstante, ya digo, que es una trama bien perfilada, tremenda y dura en un lugar de la península insospechado y donde la corrupción, la maldad y la impunidad de los que ostentan el poder parece no tener límite.
En conclusión, La caricia de la bestia es una novela de investigación policíaca donde la autora nos presenta a dos policías, inspectora y subinspector, que supongo que en el futuro nos darán mayor juego porque entre ambos provocan, no sólo investigaciones llenas de perspicacia y buen trabajo policial, sino que su propia relación personal resulta curiosa y hasta divertida por los diálogos que entablan entre ellos.