Autor: Cormac McCarthy
Editorial: DeBolsillo
Número de páginas: 210
Precio: 7,95 €
Sinopsis: Un padre y un hijo recorren Estados Unidos con un carrito que contiene todas sus posesiones. Pasan hambre, no hay nada que comer, algo ha devastado el país (o tal vez el mundo) y una enorme capa de ceniza lo cubre todo. Tienen que viajar con cuidado, esconderse de "los malos" y protegerse del frío. Nada de esto será fácil en el mundo duro y árido en el que ahora viven.
He dudado mucho en incluir o no este libro en este especial distópico porque no me termina de parecer una distopía. Si lo he incluido es porque hay quien considera que las novelas post-apocalípticas son un tipo de distopías, porque en un sentido muy, muy amplio ese mundo es totalmente distópico a pesar de no existir una sociedad ni un gobierno organizado y, por qué no, para generar un poco de debate.
Antes de enfrentarme a esta lectura mucha gente me avisó. Que si se hace muy duro, que si resultado difícil de leer... Y, sin embargo, me adentro en ella, y me parece de todo menos eso. Lo que cuenta es duro, sí, muy pesimista, desolador... Pero la narración es fluida, sencilla. Una narración en tercera persona del pasado, con personajes sin nombre, y con los diálogos incluidos en la narración y no separados por guiones ni indicando "dijo tal" o "respondió cual". Sin embargo, sí que están separados en líneas diferentes, al menos la mayor parte del tiempo, lo que facilita entender las conversaciones.
No tiene división de capítulos, sino pequeños párrafos que van narrando la acción. Esto hace que sea muy fácil interrumpir la lectura pero a la vez crea enganche. El "venga, un párrafo más" ha sido la tónica general de mi lectura, y así terminaba leyendo 20 páginas del tirón.
Es una novela que yo compararía con los golpes de un martillo. Apenas describe la situación, ni la geografía que recorren, más bien se dedica a contar lo que va pasando. Casi siempre con frases cortas, que crean esa sensación de golpes de martillo. Esto es muy, muy efectivo para el tipo de clima que el autor pretende crear, para involucrar al lector en ese mundo asfixiante y horrible en el que se mueven los protagonistas.
Es un libro que me ha gustado, pero no se puede decir que lo haya disfrutado porque sonaría salvaje. Me habría gustado saber más de lo que ha pasado en el mundo, aunque reconozco que explicar eso habría destrozado esta novela.
Es la primera vez que leo a este autor, no sé si escribe siempre así, o es algo que ha utilizado sólo en este libro, pero desde luego tiene un estilo propio que consigue que el lector se meta muchísimo en la trama y sienta la desolación de los personajes. No es un libro para todos, ni para cualquier momento, pero desde luego es una grandísima novela.
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