La carta a los reyes

Por Salvaguti
Pretendo escribir mi carta con alevosía, clara intencionalidad, y en el último momento, ya he dejado los mantecados en la ventana. Queramos o no todo evoluciona. Bueno, evoluciona o cambia, que en multitud de ocasiones más que a una evolución asistimos a un retroceso. Pregúnteselo a Gallardón, ese ministro guay que se nos fue muy enfadado, que sabe tela del asunto, lo que yo le diga. A este paso, Cuéntame será una serie futurista, me temo. Retomemos, las cosas evolucionan o cambian –normalmente a peor-, y de eso no nos libramos nadie, ya que nos guste o no formamos parte de este mundo que cuenta con sus propias reglas, esas que ni usted ni yo hemos formulado, tampoco nos han preguntado. Hasta los celebérrimos Reyes Magos, tan ajetreados por estas fechas, no han podido esquivar este tiempo de cambios. Ya no respetamos nada. Me cuentan que los Reyes Magos están estudiando nuevos medios de transporte, que al precio que se han puesto la luz y la gasolina como que no les salen las cuentas. Lo de los camellos queda muy vistoso cuando llegan a la ciudad, pero en las autovías, en las largas distancias, necesitan más potencia, otra velocidad. Baltasar pensó que bien podrían utilizar una autocaravana para los viajes, y así ahorrar en posadas y demás, pero después del éxito de Breaking Bad lo han descartado. Imagina la que se puede liar en Twitter, le dijo Melchor, rodeados de camellos y en una caravana, sólo falta que pintemos la estrella de azul. Probaron con el AVE, con esas tarifas reducidas que son como los billetes de 500 euros: leyenda urbana. Mire, señor, somos tres, tres reyes, tres, no cuatro, no queremos comprar una mesa, y mucho menos para salir a las 11.45, a esa hora estamos todavía con la faena. Me cuentan que están probando con un dron. Gaspar no se lo pensó, de un plumazo tachó de la lista al ministro Montoro, ni carbón le va a dejar, dijo y los otros dos reyes permanecieron en silencio, sin argumentos para responder. Y si os digo que desde el día 1 también son más caras las autopistas creeréis que estoy bromeando, pero no, no estoy bromeando, y Gaspar, más enfadado, buscó en la lista a los ministros Soria y Pastor y también los tachó con fuerza. Melchor, mirando de reojo, pudo comprobar que a Rajoy ya lo había sacado de la relación con anterioridad. Es normal que nuestros tres Reyes Magos estén enfadados, para ellos, como para nosotros, no son buenos tiempos, a pesar de la proclama mitinera. No sólo se trata de dificultades económicas, hablemos de prestigio, de reputación... sigue leyendo en El Día de Córdoba