La carta a los Reyes: me pido un pisazo o algo de inspiración?
Sí, el año pasado se la escribí a Santa pidiéndole un poco de luz en mi vida. Y diría que se había portado muy bien hasta que ayer, 22 de diciembre, día señalado donde los haya, en lugar de tocarme el gordo, me tocaba la flaca (las vacas flacas se entiende). Ayer, mi coche dejó de respirar.
¡Sí señores! Mientras algunos subían en limusina con su botella de champán, yo montaba en grúa y me comía las uñas. Ahora el pobre está en la UCI, con pronóstico reservado y sin saber si se recuperará de este mazazo (y es que pinta pero que muy maaaaaaaal). Ay! con lo joven que era (es) y las ganas que tenía de vivir.
¡En fin!, yo que soñaba con el gordo de tapar agujeros…. Aunque según publica hoy El Mundo, con ese gordo (320.000 al décimo después de la mordida de Hacienda), tampoco podría haber comprado el pisazo que venden en Salamanca, en plena Gran Vía y en un edificio señorial de mitad del XX, de esos con techos altos y mucha historia. Me temo que éste es de esos regalos que listan las revistas muy al final de sus páginas, bajo el epígrafe regalos-de-menos-de-700.000€. Ahora, lo vale, ¡vaya que si lo vale!.
220m² de c a s a z a, un salón solo salón, un despacho que parece otro salón, un comedor al lado de una cocina con office y con isla tamaño Bahamas (y para más inri, amueblada por Santos). Espera que sigo: Una entrada que parece una pista de baile con guardarropa, 4 dormitorios enooooormes, 3 baños completos (uno de ellos más que completo, ya que además de 15 m² tiene bañera hidromasaje y ducha independiente). Y por último, el detallito que no aprecias hasta que lo tienes: un cuarto de plancha donde puedes lavar, planchar, secar, almacenar… Y no lo dudes, todo reformado con materiales de lujo.
Como yo ya me retiro de pujar por él (|#@∞¢#¬ vacas flacas!), os lo dejo para vosotros. Si queréis verlo o necesitáis más detalles, podéis contactarme a decoralinks@gmail.com
Y por si no os acompaña la imaginación para haceros a la idea de cómo sería con muebles, os dejo unas fotos del salón y la cocina para que veáis cómo lo tenían decorado sus casi ex-dueños.
Así que, lo dicho, este año voy a probar suerte con sus majestades los Reyes.
¿Y qué les voy a pedir? Pues en primer lugar, les pediré el pisazo (aún queda el Niño y la esperanza, jejeje). Pero como no siempre me hacen caso, pediré algo que sin dudarlo me alegra la vida: un poco de inspiración.
Y ya puestos, y con la competencia que existe hoy en día, supongo que si quieren que les siga siendo fiel en años venideros, no les va a importar en absoluto hacerle la pascua a Noel y traerme su regalo mañana mismo. Tendrán su minuto de oro si acierto con la mesa de Navidad. Eso sí, voy a dejarles claro mis gustos por si las moscas.
La verdad es que soy sencillita. Un poco de blanco, negro o gris, con cubiertos negros y dorados me mola. Los de madera, va a ser que no.
Como mesa y ambiente, quiero uno con mantel blanco, de seda si es posible (o sin él, siempre que la mesa sea madera natural, cálida). El ambiente puede ser rabiosamente moderno con mis sillas favoritas, las Wishbone; clásico siempre que sea delicado y con estilo; o super rústico chic, recién salido de un cuento.
Y nada más. Ah, no, ¡espera!, sí que les voy a pedir algo más. Les voy a pedir que me permitan seguir inspirando a mis lectores ocasionales y a mis seguidores fieles, porque disfruto muchísimo contándoos todo lo que a mí me inspira y me llena. Os doy las gracias por vuestra generosidad leyendo mis larguísimos posts y os deseo la mejor de las Navidades y un feliz año 2017 sin vacas flacas. Nos vemos después de Reyes (sí, después del 6 de enero, mañana solo me traen regalos a mí … se sienteeee!
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