Llamaron nuestra atención dos fotografías idénticas -y publicadas en distintas fechas-, de la Casa de Iván de Vargas, vecina a la Plaza del Cordón. La primera era una composición al uso de la época que incluía la casa y una imagen de San Isidro; la segunda hacía referencia al suceso que relataremos. El guardia urbano que aparece nada tenía que ver con la noticia, pues la fotografía era de archivo.
La casa de Iván de Vargas
La Casa de Iván de Vargas fue construida en el siglo XII. La que aparece en las fotografías es la que pudo ser levantada hacia 1720 sobre los terrenos de la primitiva edificación. Otros datos hallados podrían datar la construcción entre los siglos XVI y XVII.
Como hemos comentado, hoy la casa es Biblioteca y su fisonomía difiere de la original. Incluso en 1935 tenía en su fachada elementos que no existían en 1928.
Todos los detalles sobre la nueva edificación, obra del Estudio Andrada Arquitectura, los podemos encontrar en el sitio web Plataforma arquitectura.
En los años 60 del pasado siglo vivieron allí, además de uno de sus propietarios, el académico de Bellas Artes D. Joaquín Valverde Lasarte y el famoso pintor Guido Caprotti, muy aficionado a celebrar el día del Santo patrón con una fiesta a la que asistía multitud de amigos para tomar rosquillas y sangría.
De esos años son las estampas de los fotógrafos Vidal (1964) y Torremocha (1967), respectivamente.
La casa por dentro
En 1935, año del suceso, la casa ya había sufrido notables reformas aunque mantenía gran parte de su estructura y decorado original. Se conservaba el pozo del milagrero Isidro; la escalera y su viguería que conducían al piso principal; azulejos toledanos; suelos de madera arcaicos, y otros tantos elementos decorativos.
El propietario que tomó posesión de ella en 1912-a quien citaremos más adelante-, conocerá la casa tal y como había sido construida, con tres alturas en la esquina enfrentada a la Plaza del Cordón y dos en la parte de la Costanilla de San Justo. En los bajos estaban las cuadras y dependencias; en la primera planta el piso principal que habitaron los descendientes de Vargas, y en la última la servidumbre. El nuevo propietario alineará las alturas del resto de la finca, dando por resultado la fisonomía que vimos en las fotografías.
Cabe destacar que documentos históricos y títulos de la propiedad se conservaban en una vitrina, pero fueron quemados por milicianos durante la Guerra Civil.
Por otra parte, hay que destacar que si bien Iván de Vargas pudo habitar esta propiedad, no lo hizo San Isidro; éste vivirá en la aneja a San Andrés; sin embargo, también servirá junto a su mujer en esta casa.
Durante mucho tiempo madrileños e "isidros" se acercaron allí para recoger agua del pozo el día del Santo. Los últimos dueños de la propiedad complacían al visitante dejándoles acceder al patio donde se encontraba. Este pozo difiere del que hoy se encuentra expuesto en la Biblioteca, cuyo brocal tiene labrada la imagen de San Isidro.
Prólogo del suceso
El sábado 14 de septiembre de 1935 los madrileños conocían una desgarradora noticia, un afamado médico, Rafael Forns y Romans, había sido detenido por mantener secuestradas a su mujer y la sirvienta de ésta en las habitaciones más lúgubres de la blasonada casa.
Para entender mejor la relación de la casa de Iván de Vargas con un reputado médico ajeno al linaje, es interesante conocer a la familia Forns, sus principales miembros, y su vinculación con aquel edificio.
Los herederos de la casa de los Vargas
El abogado y periodista Rafael Delgado Maldonado de Guevara, descendiente del linaje de los Vargas, hace una exposición del Tracto sucesivo de la casa, que incluía, además, la posesión de la llave del sepulcro del San Isidro. [1]
Enumera Delgado Maldonado de Guevara a cada uno de los herederos desde Pedro I de Vargas hasta contar veinte entre el siglo XV y el XX. Es en ese siglo, el año de 1912, cuando doña Victoria Lorenzo y Rodríguez, heredero número dieciocho, permuta la propiedad y llave a su médico, don Rafael Forns y Romans, conocido otorrinolaringólogo y pintor paisajista.
La familia Forns
Rafael Forns y Romans
Rafael Forns y Romans nace en Castellón el 12 de diciembre de 1868. Estudia Medicina y Farmacia en Barcelona, y en 1888 viaja a Madrid para completar sus estudios. Se instalará en la casa del doctor Letamendi (Plaza de las Cortes, 8), donde conocerá a Aurora Quadras Cubero, ahijada del doctor.
Ganará la plaza de Médico del Colegio Nacional de Sordomudos y Ciegos de Madrid, especializándose en Otorrinolaringología. Entonces abrirá consulta en la Plaza del Ángel, 13 y 14, y en la calle Victoria, 2.
Compaginará su profesión con la de pintor, obteniendo a lo largo de su vida gran reconocimiento en Madrid y otras ciudades españolas, europeas y americanas.
El 12 de abril de 1894 contrae matrimonio con Aurora en la iglesia de San Sebastián. De esta unión nacerán dos hijos: Rafael (1897) y José (1898).
El 30 de mayo de 1912 se trasladará con su familia a la recientemente heredada casa de Iván de Vargas, donde tendrá espacio suficiente para su estudio de pintura.
Curiosidades de la vida, Rafael Forns y Romans fallecerá en esta casa el 15 de mayo de 1939, festividad del Santo Patrón de los madrileños. Se desconoce el motivo del fallecimiento, pero desde los años 30 padecía de arteriosclerosis.
El 20 de junio de 1939 le será retirado su título catedrático por orden de Franco. Don Rafael había sido activista republicano y en la siguiente fotografía podemos verlo retratado junto a Francisco Maciá en la casa de Iván de Vargas.
Aurora Quadras Cubero fallecerá en Lisboa el 2 de enero de 1952 a la edad de 89 años.
La trayectoria profesional y artística de Rafael, además de su vinculación con la corona y personalidades de las ciencias, las artes y la literatura, fue extensa y llamativa. Por la casa de Iván de Vargas pasarán muchos de ellos, incluida una jovencísima Rosa Chacel y al mismísimo Joaquín Sorolla.
Si es de interés del lector, les invitamos a visitar el excelente trabajo biográfico publicado en el blog Rafael Forns Romans (1868-1939), de Carlos Forns Bada, biznieto del pintor.
La unión de las familias Forns y Bada data del año 1951.
Como podemos apreciar en la portada de la Revista Especialidades Médicas que dirigía el doctor Forns, la editorial estaba en la propia casa de Iván de Vargas.
También es de destacar la colaboración de ambos hijos en la publicación. Tanto Rafael como José habían heredado de su padre una notable inteligencia y conocimientos en las ramas del arte y las ciencias.
Las excentricidades del doctor Forns llevaron a que en 1930 la fachada de la casa estuviese adornada con imágenes del Santo Patrón (visibles en las dos primeras fotografías del artículo).
Rafael Forns y Quadras
Fue secretario primero en el Protectorado de Marruecos y Encargado de Negocios de España en Berlín, Cuba, Río de Janeiro Liverpool, Lisboa, etc. Puestos que desempeña durante la República.
En agosto de 1936 le cesan en su cargo de Secretario de Embajada en Roma, entonces se pasará al llamado Gobierno de Burgos e impedirá que los pensionados en Europa cobre prestación alguna.
Una noticia publicada en el Diario de la Marina, de la Habana, indicaba que Rafael Forns actuaba “en nombre de los rebeldes”.
Llegó a ser ministro plenipotenciario en varios países de Europa y recibió la Gran Cruz del Mérito Civil. Pidió la excedencia en 1959. También colaborará en diversos periódicos, adaptará obras de teatro y compondrá obras musicales junto a su hermano.
Falleció el 29 de noviembre de 1971 en un taxi cuando proveniente de Barcelona, donde residía, se dirigía desde la Estación de Chamartín a un hotel madrileño.
José Forns y Quadras
Junto a su hermano participará en la adaptación y composición de musicales que obtuvieron gran éxito durante su extensa producción.
En 1926 fundará junto a José Buchs el estudio cinematográfico “Ediciones Buchs-Forns”, situado en la mismísima casa de Iván de Vargas.
Allí se realizarán varias producciones, entre ellas el film mudo “El Dos de Mayo”, del año 1927. Si bien los interiores fueron rodados en el hotel de Santiago Alba, en otras películas aparecerán los suntuosos salones de la casa de Iván de Vargas. Estas son: "La extraña aventura de Luis Candelas", "El conde de Maravillas" y "Los misterios de Toledo".
Fue catedrático del Conservatorio, compositor y crítico musical. En 1933 publicará el libro Historia de la música.
En las revistas y periódicos de la época era muy frecuente ver su nombre en las noticias de espectáculos y su firma en diversos artículos.
En 1945, durante el acto de posesión de su plaza de académico de Bellas Artes, leerá un discurso sobre "El derecho de autor de los artistas".
Falleció en Ginebra (Suiza), el 7 de septiembre de 1952.
Tanto Rafael como José heredarán la propiedad de los Vargas, donde vivirán conservando gran parte de la obra pictórica de su padre y la decoración que aquel había realizado en la restauración de la vivienda, inspirada en el Santo.
Últimos propietarios
Los Forns y Quadras serán los últimos propietarios. Rafael pondrá mayor interés en legar la histórica casa al Ayuntamiento, manteniendo negociaciones que nunca llegaron a buen término. El obstinado diplomático jamás consiguió cumplir con el deseo de su extravagante padre: convertir la casa en Museo de San Isidro.
En 1996 eran pocos los inquilinos que habitaban la ya muy deteriorada propiedad. Para evitar la intrusión de "okupas" se vieron obligados a tapiar muchas de sus ventanas y balcones. Así lo informaba el Diario ABC el 10 de julio de aquel año:
Noticia ABC 10/07/1996
No se indica autor de la fotografía
© ABC (Madrid)
El inmueble había sido expropiado por el Ayuntamiento por un valor de 362 millones de pesetas y en diciembre de 1999 lo cedía a la Fundación "Nuevo Siglo".
El 31 de julio de 2002 la casa de Iván de Vargas era derribada. El gerente municipal de Urbanismo, Sr. Luis Armada, informaba que la decisión venía dada por el lamentable estado de la finca que ponía en riesgo la seguridad de los transeúntes. Se había decretado su estado de ruina en 1994.
La Fundación para el Progreso de Madrid incluyó el derribo en su lista de los diez horrores urbanos de 2002, ocupando el segundo puesto.
El secuestro
El matrimonio del doctor Forns con Aurora Quadras se había desgastado notablemente, a tal punto que vivían un divorcio “oficioso” y la convivencia en el hogar era insoportable. De hecho, los abogados de ambas partes estaban buscando la mejor solución para el grave conflicto.
El doctor no facilitaba en nada los posibles acuerdos; sus negativas, cuestionamientos y vacilaciones complicaban aún más la situación. Su intransigencia era tal que un día de verano del año que nos ocupa decidió echar a su esposa.
Coaccionada, Aurora abandonó el hogar por el temor de ver a sus hijos sin herencia y, quizá, para escapar de los maltratos del notable académico.“-Es necesario que salgas de esta casa. Yo te ofrezco por ello mil doscientas pesetas mensualmente. Acéptalo de buen grado, porque si no marchas de aquí, te desheredaré a ti y a tus hijos.”
Rafael Forns no tardará mucho en incumplir su palabra. En agosto se negará a pagar las mil doscientas pesetas estipuladas. Entonces Aurora pondrá el asunto en manos de su abogado, quien se personará en la casa para reclamar el importe. Obtendrá un cheque por mil pesetas y, ante la protesta del letrado, espetará que no daría ni un duro más, seguido de la amenaza de desheredar.
En el mes de septiembre volverá a incumplir su palabra. En esa ocasión será Aurora quien se presente en el domicilio; exactamente el domingo 8 de ese mes.
El encuentro fue violento y hasta peligroso en algunos momentos, pero Aurora, reivindicando su derecho a habitar la casa, se acomodó en las habitaciones principales. Al poco se trasladó a las estancias más lejanas y sombrías, donde se guardaban los trastos viejos, para evitar males mayores.
Poco tardará el doctor en cerrar aquella zona de la casa a cal y canto, dejando atrapadas a doña Aurora y su sirvienta, Juana Andrés Nogueras. La comunicación con las estancias principales quedaba condenada y la única comunicación con el exterior era a través de las ventanas con vista al patio interior. Tras sortear unos peldaños, un camino conectaba el patio con el zaguán de la casa.
Las fotografías tomadas por Cortés desde el patio interior muestran la localización de las habitaciones. La primera de las imágenes corresponde a una ventana enrejada de las habitaciones donde permanecían secuestradas la señora y su sirvienta. En la segunda podemos ver el balcón de la habitación donde dormían las desdichadas mujeres.
La salida desde el patio al zaguán, cuyo uso no era frecuente y había sido abandonada, la utilizará una gran amiga de Aurora para llevarle algunos alimentos que sirvienta y patrona cocinaban de modo rudimentario, haciendo fuego con madera proveniente de las sillas acumuladas en otra habitación.
Así cada día hasta el viernes 13 a las siete y media de la mañana, momento en que el portero de la casa le prohibió el paso por orden de su patrón. La tarde del día anterior el desquiciado doctor Forns había puesto candados en la puerta que conducía del zaguán al patio.
Lo único que pudo hacer el portero fue aceptar el paquete con alimentos por si podía hacérselo llegar a las pobres señoras. Acto seguido, la amiga de Aurora dio cuenta de la situación al abogado de aquella, quien se personó en la casa y levantó acta notarial. Inmediatamente después acudió al Juzgado de guardia para tramitar la denuncia por secuestro.
Y por la tarde se presentó el juez de guardia para interrogar al doctor, quien negó toda acusación. Por fin, después de muchas preguntas, entregó las llaves al juez, quien dispuso se abrieran los candados de las cuatro puertas que separaban a las secuestradas del resto de la casa.
Entre gritos y lágrimas, Rafael Forns y Romans fue conducido al Juzgado donde quedó incomunicado en los calabozos del Palacio de Justicia. La madrugada del día 14 se dictó auto de procesamiento y prisión domiciliaria atenuada.
El 20 de noviembre la Sala segunda del Tribunal Supremo en sentencia de urgencia condenaba a Rafael Forns a dos meses y un día de arresto mayor por “coacción en la persona de su esposa”.
Conclusión
Y así la casa de Iván de Vargas, vinculada con la vida y milagros del Santo Patrón de los madrileños y labradores, fue testigo mudo de los desvaríos producidos por la enfermedad de un notable académico.
Esta historia no puede ni debe desmerecer lo mucho que representó para Madrid el patriarca de los Forns; tampoco el buen hacer de sus hijos en el cine, el teatro y la prensa; en especial el primogénito, Rafael, que desde los años 50 del pasado siglo luchó por donar su patrimonio a Madrid y los madrileños.
Queda el recuerdo a doña Aurora Quadras Cubero, a su sirvienta Juana Andrés Nogueras, y a esa amiga anónima que supo actuar para que esta historia hoy contada no tenga un final trágico.
Bibliografía
Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.
[1] DELGADO MALDONADO DE GUEVARA, Rafael, 2016. Tracto sucesivo de la Casa de Iván de Vargas (San Justo), Madrid. En: Maldonado y Macanaz [en límea] Disponible en: http://maldonaz.blogspot.com.es/2016/08/tracto-sucesivo-de-la-casa-de-ivan-de.html [cosulta: 28 mayo 2017].
Prensa:
Mundo Gráfico, Estampa, Crónica Heraldo de Madrid, El Sol, ABC
En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2017) "La Casa de Iván de Vargas, la familia Forns y un secuestro. Madrid, 1935", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325
[VER: "Uso del Contenido"]
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© 2017 Eduardo Valero García - HUM 017-005 RECUPAPEL Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325