«Una apasionante novela en la que la autora combina con gran sensibilidad una tragedia familiar y la esperanza de un nuevo comienzo.»
A lo largo de la novela, se plantea cómo los secretos familiares pueden ser tanto un escudo como una carga. Por un lado, algunos personajes han intentado enterrar el pasado para protegerse a sí mismos o a los demás, evitando confrontar la verdad. Sin embargo, el peso de lo oculto se filtra en sus relaciones, en sus miedos y en sus propias percepciones de sí mismos.
El misterio no solo se resuelve en la trama, sino que también se explora a nivel emocional: ¿qué pasa cuando la verdad finalmente emerge? ¿Es posible reconstruirse después de haber vivido tanto tiempo con una versión incompleta de la historia? La novela muestra que el pasado no desaparece, sino que espera el momento adecuado para revelarse, y que enfrentar la verdad es el único camino hacia la liberación.
«Culpa, pérdida y redención: el dolor como motor de transformación.»
El duelo en La Casa de las Amapolas es un proceso individual y colectivo, que se manifiesta de diferentes maneras en cada personaje. Flora, aislada y con cierta aura de culpa, ha construido su vida en torno a la desaparición de su hija y la muerte de su hijo, sin permitirse sanar completamente. Su decisión fue aislarse emocionalmente y retirarse de la vida social y familiar. Olga, marcada por la ausencia y el dolor de una pérdida irreparable, encuentra en este lugar la posibilidad de seguir adelante, aunque aún no sepa cómo hacerlo.
Elisa, por otro lado, lidia con su propio vacío: sentirse de alguna forma no deseada por el que era su marido, pocos recursos económicos y una hija adolescente aún por criar. Maya, la más joven, aunque también arrastra heridas, representa la posibilidad de una mirada diferente, menos atada a la tragedia y más abierta a la reconstrucción. Silvia, en cambio, ha llegado con la certeza de que la indiferencia del mundo la ha dejado sola, y deberá descubrir si aún queda algo en lo que creer.
La novela es de intriga y misterio, no se limita a mostrar el dolor, sino que explora cómo también se puede transformar en sanación, sobre todo para las mujeres que vienen a vivir a La Casa de las Amapolas. A través de decisiones difíciles, confesiones dolorosas y momentos de catarsis, los personajes dejan en evidencia su naturaleza y vamos comprendiendo sus propias motivaciones.
Flora, una solitaria mujer envuelta en un halo de misterio, vive retirada en La Casa de las Amapolas, un lugar idílico pero apartado de todo en plena sierra de Albarracín.
Tras la desaparición de su hija, Aurora, y de la amiga de esta, Blanca, Flora dejó atrás todo su mundo: su hijo Dani, su marido y el trabajo, y se trasladó allí. Eso fue hace más de veinte años. Nunca más se supo de las chicas desaparecidas y ambas familias quedaron destrozadas. La Casa de las Amapolas se convirtió entonces en el refugio donde intentar cicatrizar sus heridas.
Ahora que el hijo de Flora también ha fallecido, su nuera y su nieta planean mudarse a La Casa de las Amapolas con ella, lo que trastocará la vida de las tres mujeres, removerá el pasado y sacará a la luz la terrible verdad de la desaparición de Aurora y Blanca.
Escrito magistralmente por Desirée Ruiz, este libro no solo intriga, sino que transporta a un mundo sensorialmente poderoso, con paisajes vibrantes y un misterio que atrapa desde la primera página. La autora, conocedora profunda del escenario en el que transcurre la historia, convierte la sierra de Albarracín en un personaje más, haciendo que el lector sienta la rugosidad de las piedras en las fachadas de los pueblos, huela la madera húmeda tras la tormenta y escuche el susurro del viento entre los árboles. Su prosa es envolvente, detallada y de una precisión casi táctil, como si con cada palabra nos permitiera rozar las texturas de los objetos, percibir el aire denso de un silencio incómodo o saborear el café humeante que acompaña una conversación crucial.
La Casa de las Amapolas es mucho más que una historia de intriga: es una experiencia literaria que se despliega en múltiples capas, ideal para quienes disfrutan desentrañando secretos con los cinco sentidos.
Lee y disfruta de las primeras páginas de la novela.
La autora:
Desirée Ruiz Pérez (Zaragoza, 1973) es escritora y profesora en Castellón, apasionada por las historias que conectan con las emociones humanas. Ganadora del I Certamen de Relato Corto Bohodón en 2009, ha explorado distintos géneros narrativos en antologías y microrrelatos. Su debut novelístico con Ofelia descalza (2015) marcó el inicio de un camino literario que continuó con El silencio acuna pesadillas (2020) y Villa Melania (2023).
Ahora publica su nueva novela, La casa de las amapolas.
El libro:
La casa de las amapolas ha sido publicado por la Editorial NdeNovela. Encuadernado en tapa dura con sobrecubierta, tiene 424 páginas.
Para saber más:
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