Quienes se han atrevido a meterse en su vida, dicen que mi ilustre paisano y vecino Matías Barrio y Mier era modesto, a pesar de no sé cuántas carreras atribuidas a su ajetreada juventud. La casa -que al parecer luego malvendieron segundos propietarios por asuntos de juego, conforme al comentario confuso de las fuentes más próximas-, disponía de un extenso patio o corral. Algunas de sus ventanas miraban a la estrecha callejuela que da acceso a lo que pudiéramos llamar la plaza de Verdeña. La vivienda se encontraba a pocos metros de la entrada del pueblo, donde lo primero que destaca, como en casi todos los pueblos del contomo, es la Iglesia. Si los lugares forjan a los hombre de una determinada forma, nada me extraña de la inquietud y amor puestos de manifiesto por el autor de 'Nuestra Señora de Viarce', 'La venganza del Conde' y 'La despoblaclón de Carracedo' (1871)Nuestra generación, por cuanto se desprende de sus biógrafos, es bastante más egoísta. Él entonces pedía al ministro de Fomento la construcción de carreteras en Palencia, así por ejemplo, de Villasarracino a Herrera de Pisuerga, de San Cebrián de Campos a Monzón o de Carrión a Moratinos. Menciono esto porque solemos barrer con demasiada frecuencia para nuestra casa, olvidando un poco el abandono y la escasez de otros pueblos vecinos. A Matías se le encogería hoy el ánimo si regresara y viera el abandono de lo que hoy llamamos 'mundo rural', con todo el progreso que le queramos añadir, de turismo y otros pocos e inseguros logros. Por eso me cuesta imaginarle a nuestro político, hablando en las Cortes de las multas impuestas a los pueblos de Redondo y Villalba de Guardo por supuestos delitos forestales, que así lo cita José Pérez Llorente. Pero tampoco me Impresiona ni me extraña habiendo nacido como nació en un pueblo de montaña cegado por el silencio, guarida del oso pardo, como formando parte imprescindible de la boca del bosque. Verdeña, que es la tierra del 'Zorro', un personaje muy famoso en toda la comarca, por su porte, por su forma de describir la historia más ínverosímil, porque cuenta mentiras que hacen recapacitar al auditorio más selecto, en una tierra encantadora, cuna y tumba de nuestro catedrático. Yo me atrevería a cambiar dos nombres con el permiso de ese gran poeta que fue Juan Sánchez-Tejerina Serrano, y definirle así al pueblo que nos trajera al genio. (Mi amigo y colaborador), q.e.p.d. le cantaba entonces a Cervera. 'Pero un sitio ideal está en Verdeña, en cualquier rinconcito de su casa, donde se oye el susurro del poeta, donde la Peña atisba en lontananza. O en la Verdeña es casi, casi, encontrarse la gloria anticipada'. Hemos dejado escrito nuestro presente en pequeñas historias. Algunos investigadores han tratado de buscarle una respuesta a los orígenes de estas comarcas. Corresponsales y colaboradores del periódico en todas las épocas, han citado alguna vez donacíones y orígenes de Pernía y Castillería, nuestra relación con los pueblos cántabros de Polaciones y de Liébana, anexionados en siglos pasados a estas tierras, pero no dejan de ser citas de citas, amagos lejanos del pasado, campanadas que nada explican con precisión. Matías Barrio y Míer que tantos datos aportó sobre la toponimia de estos lugares tampoco quedó satisfecho: "El Condado de Pernía es una especie de mito que en todas partes suena y en ninguna se halla, Su origen exacto se desconoce, sus derechos no se ven definidos, sus limites son incomprensibles de fijar ...• La casa de Matías es como un puente en la distancia. Cualquier que se precie reconoce la inmensa labor que llevó a cabo. Desde entonces hemos hecho muy poco para darle a nuestra tierra el empujón que necesita. Como la casa que fuera del maestro, ignorada, malvendida, cerrada y mustia, así del mismo modo permanece su tierra, nuestra tierra, como si nos hubiéramos resignado a perderla a medida que los viejos se mueren y los jóvenes marchan.
Para saber más:
"Cervera, Polentinos, Pernía y Castillería", de Froilán de Lózar, Editorial Aruz, Segunda edición, Julio 2009"La Aventura política de Matías Barrio y Mier", ensayo de Froilán de Lózar, Institución Tello Téllez de Meneses, Diciembre 2008