Su actual nombre proviene de los murales con el "Triunfo de las Cuatro Estaciones", encargados poco antes de morir por don Fadrique Enríquez (15399 y que fueron descubiertos en la década de los 20 del siglo pasado bajo gruesas capas de cal.
Estas pinturas fueron realizadas en 1539 por Diego Rodríguez y se inspiran en la Metamorfosis de Ovidio e ilustran escenas mitológicas de los dioses Pomora, Jano, Ceres y Flora relacionados con los ciclos de la naturaleza y que, a su vez fueron llevados a una serie de grabados publicados por Pieter Coecke van Aelst en Amberes sólo dos años antes de realizar estos frescos.
Destacan además en este salón el artesanado mudéjar de par de nudillo y dos bustos romanos, especialmente el de Antinoo que es considerado una buena y fiel imagen del arquetipo que, para divinizar y rendir culto a este joven de singular belleza, favorito del emperador romano Adriano (nacido en Sevilla), fue posiblemente concebido en torno al año 131, poco después de su prematura muerte ahogado en el río Nilo.
La mirada ausente y sobre todo melancólica, los rasgos suaves, la nariz recta y el cabello de gruesos rizos son característicos de todos los retratos de Antinoo cuyo rostro agraciado es universalmente conocido gracias a su representación en múltiples estatuas, medallas, monedas y camafeos creados por la insistencia de Adriano en propagar el culto a su joven amigo.
Los dos bustos romanos. A la derecha, Antinoo.Época romana, siglo II.
Después de más de un mes escribiendo sobre la Casa de Pilatos, desgraciadamente aquí debemos dar por concluida nuestra exposición de tan importante palacio en nuestra ciudad.
Nos quedarían por ver estancias como el Salón de Oviedo, el Salón de Pacheco, el Gabinete, la Librería o los dos Salones de los Retratos, salones a los que no hemos tenido acceso. Quizá en un futuro puedan visitarse y se las podamos mostrar a continuación de estos 40 post.Sigue leyendo >>>