Las historias de la historia arquitectónica, contienen innumerables anécdotas de la vida profesional de algunos de los grandes maestros, haciéndonos más entretenido el aprendizaje. Esta vivienda guarda una de ellas.
Diez años después de la construcción de la famosa Casa de la Cascada, el señor Kaufmann se pone en contacto de nuevo con el maestro Wright, con la intención de que le diseñe una vivienda en el desierto de Palm Springs. A tal efecto, el arquitecto invita a su ilustre cliente a visitar Taliesin west, en Arizona, para que pudiese vivir un edificio pensado por él en pleno desierto. Por desgracia para el diseñador, el contratador queda muy desilusionado y a espaldas de Wright, contrata al austriaco Richard Neutra en su lugar.
Al enterarse, Wright entra en cólera tanto por el desplante, como por el arquitecto elegido, de cuya obra decía que era "de poca monta y poco convincente".
Y es que el señor Kaufman no quería una "simple vivienda", un retiro como en la experiencia anterior, sino un "monumento" frívolo del que presumir en el lugar que servía de refugio a la sociedad de Hollywood. Por ello, la casa que en principio solo sería habitada en Enero, debía lucir el poder económico del empresario, así como su gusto por la modernidad y la moda, hasta el punto de no solo seguirla, sino incluso crearla.
La obra, sin embargo, nos recuerda inmediatamente a las viviendas de Wright, disponiendo la casa en torno a un núcleo pétreo anclado en la chimenea, en torno al cual surgen los brazos en los que disponer las estancias. Cada uno de estos brazos por su parte se destinarán a habitantes diferentes (matrimonio, hijos, servicio e invitados) garantizando la privacidad de cada uno de ellos.
Esta disposición en cruz, además asegura que las habitaciones gocen de ventilación cruzada y acceso a los jardines exteriores y paisajes, al tiempo que se protegen de los vientos del norte (al parecer muy fuertes en Enero) predominantes en la zona. Por ello, dependiendo desde donde veamos el edificio, lo entenderemos como una masa pétrea casi impenetrable, o una simple combinación de planos horizontales completamente permeables.
Pero es en el detalle constructivo, donde el austriaco se diferencia del estadounidense. Neutra adopta en este aspecto alguno de los gestos más característicos de Mies, como los grandes ventanales de carpintería mínima de metal, a modo de muro cortina, o el material que recubren los planos de cubierta. Son estos detalles los que ayudan a fundir interior y exterior, introduciendo el jardín en la vivienda y dejando muy difuso el límite físico de la casa.
Como anécdota, también destacar la habilidad de Neutra diblando la norma. Logró los permisos de obra en tiempo record, para así poder esquivar el racionamiento de materiales que vendría por la posguerra y le impedirían disponer de los materiales que él quería usar. También es capaz de diblar la ley urbanística del lugar y crecer algo más de la planta única a la que estaba limitado. Por ello, la estancia central en baja+1, no está cubierta en dos de sus extremos y la escalera de acceso es exterior. Así el austriaco logró vender este espacio como terraza habitable y no una estancia más de la casa.