En ‘La casa que amé’ nos trasladamos al París de 1860. La ciudad está viviendo un proceso de transformación y cambio urbanístico. Las majestuosas calles y plazas están siendo reconvertidas para dar paso al París más moderno y actual. Napoleón III y Haussmann, el prefecto de la ciudad, son los encargados de esta brutal remodelación. En mitad de este proyecto nos encontramos con Rose, una anciana que está a punto de perder su casa de la calle Childebert, una casa que tiene dentro una vida entera…
Nada más comenzar el relato, nos ponemos en la piel de Rose, una mujer que cuenta su historia a través de cartas que le escribe a su marido fallecido. A través de estas epístolas, conoceremos una vida repleta de amor y de cariño, pero que también ha tenido grandes sombras y momentos demasiado duros como para recordar de una sola vez. Sus hijos, la pérdida de uno de ellos, el poco amor que obtuvo de su familia, el cariño que le tuvo a la madre de su marido… Todo se irá uniendo poco a poco, capítulo a capítulo en torno a la casa de la calle Childebert, que ha sido testigo de tantas vivencias y experiencias.
Al igual que hizo en ‘La llave de Sarah’, Tatiana de Rosnay, nos ofrece una novela muy personal, con tintes históricos pero sobre todo, repleta de intimismo. A través de la protagonista, nos trasladamos al París del siglo XIX, una ciudad que vive momentos convulsos por los cambios políticos y sociológicos de la época. En mitad de esta megalómana remodelación de la ciudad, nos encontramos a esta anciana que narra su propia historia sincerándose por fin con su marido y permaneciendo fiel a su promesa de no abandonar la casa familiar por nada del mundo. Junto a ella permanecerán sus vecinos, que pese a no entender del todo su decisión, la apoyarán en todo momento.
‘La casa que amé’ es una novela que no dejará indiferente a ningún lector. Con un estilo muy cuidado, la autora nos propone jugar a imaginarnos una época diferente, en la que el cambio estaba empezando y sin embargo, había personas que se resistían a él.
Escrito en primera persona y con un estilo romántico, ‘La casa que amé’ es un libro que se hace imprescindible para los amantes de las palabras y de lo bien escrito. Por encima del argumento, es una novela que merece la pena leer por lo cuidado y lo precioso (y preciso) del lenguaje, de las expresiones y de las letras.
Tatiana de Rosnay logra de nuevo encandilar a un lector que necesita nuevas y diferentes historias. El final es absolutamente rompedor. 9/10.