Revista Cultura y Ocio

La Casa Tomada: arte y bocadillos XXL en Malasaña

Publicado el 17 noviembre 2015 por Noemi Megustamibarrio @megustamibarrio

Al restaurante La Casa Tomada hay que ir con hambre. Con hambre, con sed y con curiosidad. Y a ser posible, acompañado. Porque este restaurante y galería de arte abierto en Malasaña pretende saciar las necesidades humanas a base de bocadillos gigantes de autor, cervezas artesanales y exposiciones de artistas emergentes, libros y muy buena conversación. No se doblan turnos, no hay prisa por marchar, el objetivo es encontrar un espacio en el que comer mucho, bien y tan a gusto que den ganas de quedarse un rato más. Y otro. Y otro. Y de volver otro día con más hambre.LCt07

La Casa Tomada es un cuento al revés. Un desasosegante e hipnótico cuento de Julio Cortázar dado la vuelta. Si en La Casa Tomada de ficción, una presencia desconocida echa a dos hermanos de su casa, en la Casa Tomada de verdad, los hermanos Del Pozo, cocinero uno e ilustrador el otro, hicieron realidad la historia de sus vidas simplemente tomando la casa de su madre. Se inventaron un coqueto restaurante con galería de arte en el patio de la casa materna en San Felipe (capital del estado de Yaracuy, en Venezuela). Tuvo tanto éxito que fueron quedándose con más espacios y arrinconando a su madre hasta que sólo le quedó el dormitorio y poco más.

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La primera Casa Tomada, en Venezuela

La situación en Venezuela obligó al cocinero José Antonio a cerrar el proyecto y dar el salto a España, donde lo ha revivido en la calle San Lorenzo. “Me gusta esta calle porque está en el centro pero no es bulliciosa, no hay muchas cosas. Quiero que la gente venga a La Casa Tomada a propósito, crear un punto al que llegar”, me cuenta José Antonio.

La carta es fruto de la experiencia culinaria de José Antonio, que lleva experimentando con los bocadillos gourmet y de autor desde la Universidad. “Los vendía en el maletero del coche, en los descansos entre clases. Ahorraba para pagarme un viaje a España y me fue tan bien que pagué el mío y el de mi hermano”, cuenta. En el menú, 17 tipos de bocadillos especiales de ternera, pollo o roast beef (con receta única), todos distintos pero algunos “memorables”. Combinaciones entre panes sorprendentes y deliciosas, con inspiración asiática (los hermanos vivieron en China un tiempo), india o americana (por al cercanía de Venezuela con EEUU) o fruto de la imaginación prolífica de José Antonio. Tanto las salsas como los panes son artesanos.

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El restaurante también apuesta por los perritos calientes, donde el Perro con todo  se lleva la palma con su combinación de aguacate, patatas, ensalada y queso en polvo. “El mercado de las hamburguesas está saturado”, asegura el cocinero. Y también se puede elegir por una carta de patatas fritas caseras, acompañadas de hierbas o picantitas. Eso sí, las más “locas”, las más extravagantes y deliciosas son las Chili Cheese Fries, un platazo de patatas con chili con carne, queso fundido, jalapeño, cebolla, cilantro y bacon que, además de ser lo más colorido del mundo, es altamente adictivo.

Empecé diciendo que hay que ir con hambre. O dispuesto a compartir. Porque las cantidades son tales que sorprenden al más bruto comiendo. El chef siempre se ríe a ver las caras de la gente cuando sacan los platos. No, no hay versiones más pequeñas. Como apuestan por apoyar lo pequeño, cuentan con una carta de cervezas artesanales como Mustache, Cibeles, Flying Dog, Hop Fiction, Rouge Nation y Beavertown.

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Pero La Casa Tomada no es sólo bocatas gigantes. De las paredes, cuelgan las piezas de la colección privada que los del Pozo crearon con las últimas exposiciones realizadas en la sede venezolana. Quieren repetir experiencia y albergar exposiciones temporales de artistas emergentes que no tengan donde mostrar sus obras. Y para fomentar la conversación, que la gente reconecte y suelte un rato el móvil, además de los platazos y las exposiciones, La Casa Tomada tiene un espacio secreto en el sótano, sin wifi, sin cobertura de móvil, sin servicio de camareros. Para tomar un cerveza o un vino con amigos y disfrutar de la buena conversación.

Los hermanos cortazarianos salieron de su casa con solo una colección de sellos y las llaves del edificio en el bolsillo. Las tiraron a la alcantarilla, “no fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada”. No pudieron volver. Yo me fui de La Casa Tomada madrileña con la llave del portón en una cajita, así que tengo que repetir. Y espero que vosotros también lo hagáis.

Los datos. La Casa Tomada. Calle San Lorenzo, 9. 915138448. Horario: de martes a domingo, de 13 a 00h. Precio medio: 15€. Tienen menú por 10€ al medio día. Tenéis más información en su Facebook, Instagram, y twitter.

La Casa Tomada
La Casa Tomada
La Casa Tomada
La Casa Tomada
La Casa Tomada
Chili Cheese Fries
La Casa Tomada
La Casa Tomada
La Casa Tomada
La Casa Tomada

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