El auge que ha experimentado en los últimos años la Ribeira Sacra hace que cada día sea más numerosa la gente que visita la zona en busca de todos los encantos naturales que este lugar ofrece. Uno de esos sitios de visita obligada y que cada día está más concurrida es a Fervenza de Augacaída.
La popularidad de la que goza hoy la fervenza de Augacaída contrasta con el hecho de que durante el último cuarto del siglo pasado, una época en la que el turismo estaba mucho menos desarrollado que ahora en la Ribeira Sacra, el lugar permaneció olvidado casi por completo.
En cierto momento, el camino que conduce a este paraje quedó totalmente cerrado por la maleza. Esta circunstancia, unida a lo abrupto del terreno, hizo que nadie se acercase a la espectacular cascada durante mucho tiempo. Anteriormente, la zona era visitada con cierta frecuencia por vecinos que iban a aprovechar la madera de los robles que crecen en ella, considerada como especialmente dura y fibrosa, para fabricar cubas de vino y aperos agrícolas. La piscina natural que se forma al pie de la cascada también era frecuentada en verano por algunos bañistas.
La ruta de senderismo que permite acceder al lugar lleva también al Castro de Marce, un paraje de gran espectacularidad situado sobre la margen izquierda del Miño, comienza en la carretera que une las localidades de Marce y Guítara.
En el primer kilómetro, el camino es ancho y está parcialmente empedrado en varios tramos. Discurre a través de un bosque formado principalmente por robles, entre restos de terrazas de antiguos viñedos abandonados.
En el kilómetro 1,2 y a la altura de una vieja bodega en desuso, el camino se bifurca. Si queremos ir en primer lugar al Castro de Marce, a unos 800 metros de este punto, debemos seguir de frente. Para ir a la fervenza de Augacaída tendremos que tomar el camino de la izquierda, el más estrecho de los dos.
Si decidimos ir al Castro, seguiremos el camino sin desviarnos, después el camino cruza un pequeño arroyo y se estrecha para convertirse en un sendero hasta las proximidades del Castro. Entraremos en un bosque de alcornoques que se extiende ladera abajo hasta llegar al cauce del Miño en el lugar de O Pedregal. Después de atravesar el bosque, el sendero asciende hasta la parte más alta del Castro, asentado sobre un impresionante promontorio rocoso, conocido como Regata do Inferno, que se eleva sobre unos 200 metros de altura sobre el cauce del río Miño.
Una vez visitado el Castro, regresamos a la bifuración y tomamos el otro camino, que nos va llevar a la fervenza de Augacaída. Este tramo es el que más dificultad ofrece de toda la ruta por sus fuertes desniveles. Los últimos doscientos metros conforman el trecho más problemático, debido a la pendiente del terreno y a la presencia de grandes cantidades de piedras sueltas. Antes de que se construyese la actual pasarela, la única ayuda que había eran unas cuerdas colocadas por visitantes para facilitar el descenso.