Corre por las redes sociales y por algún programa de televisión un vídeo de una joven onubense que lleva dos años viviendo en Barcelona. Esta chica analiza los tópicos que existen sobre Cataluña e intenta desmontarlos. En gran parte estoy de acuerdo con lo que dice, creo que lleva razón en muchos de sus planteamientos, aunque en mi opinión podría haber sido un poco más objetiva y diferenciar entre la Cataluña de la gente y la Cataluña de la administración, la oficial.
Por mi experiencia también puedo hablar de este tema. Yo soy catalán de nacimiento y andaluz de adopción y corazón. Hablo el catalán y muy orgulloso estoy de ello y de que todavía algún amigo me llame Cata; de hecho mi cuenta en Twitter es @Catalega en referencia a mis orígenes. Mantengo buenos amigos en Cataluña y muy buenos recuerdos de aquellos años. Y también conozco Andalucía y cómo piensan sus habitantes. Es verdad que existen tópicos y bromas sobre los catalanes, pero yo, al contrario de lo que dice esta chica, jamás he percibido odio hacia Cataluña. Igual que en Cataluña también existen tópicos y bromas sobre los andaluces; y tampoco he percibido odio para con Andalucía y sus gentes. Otra cosa son las excepciones, ¡y es que imbéciles los hay en todos sitios! Como decía, en la Cataluña de la calle, en la Cataluña de la gente, no se producen problemas con la lengua, es normal que ambas lenguas se utilicen indistintamente, en un grupo de amigos se mezcla el catalán y el castellano sin ningún problema. Y también es verdad que en Barcelona, por ejemplo, se oye más el castellano que el catalán por la calle.
El problema viene cuando te relacionas con la administración, todos los carteles oficiales están en catalán, muchas páginas web solo están en catalán, igual que los formularios y demás información. Es verdad que los funcionarios te atienden en castellano; pero como me comentaba una amiga (y lectora del blog) hace poco, en la guardería a la que fue inscribir a su hija todos los papeles estaban en catalán, ella llevaba unos meses viviendo en Cataluña y la chica de la guardería le dijo que la documentación no estaba en castellano, pero que ella le ayudaba a rellenarla, ¿tanto cuesta tener impresos en la lengua de Cervantes? Por eso afirmo que en la Cataluña oficial si te encuentras problemas con el idioma. Por eso afirmo que la administración de la Generalidad impone el catalán y, en muchos casos, impide el uso del castellano. Esa es la realidad de Cataluña, en la calle, con la gente, no tienes problemas, pero sí los tienes con la administración. Otra cosa es que la gente no proteste.