Uno de los edificios más importantes de Lima es su Catedral, que ostenta el rango de Iglesia Mayor del Perú. Además de su importancia por este estatus, destaca por la belleza de su construcción y por haber sobrevivido (con más o menos fortuna) a nueve grandes terremotos desde el siglo XVII.
La Catedral fue construida a lo largo de más de 100 años, entre 1535 y 1649. Este intervalo tan largo dio como resultado la fusión de varios estilos: el gótico tardío, el renacentista, el barroco y el neoclásico, con el particular toque propio de la arquitectura colonial en los países andinos. El resultado es una catedral con mucha personalidad, que logra mezclar en armonía estos estilos tan diferentes.
En su interior hay un gran número de capillas bellamente adornadas, entre las que destaca la de la Inmaculada Concepción, una de las pocas que conserva el altar barroco original, que no fue destruido por los terremotos. Otro lugar interesante, aunque más tétrico, son las criptas donde están enterrados la mayoría de los arzobispos y también el conquistador Francisco Pizarro, fundador de la catedral.
Por desgracia, como ya hemos dicho, la catedral ha sufrido nueve grandes terremotos a lo largo de su historia, la mayoría de los cuales causaron daños y obligaron a realizar trabajos de reconstrucción, dando como resultado el aspecto poliestilístico del edificio, que incluso hoy en día se sigue restaurando. La Catedral de Lima ha sobrevivido a los desastres y luce hoy más bella que nunca; especialmente por la noche, cuando su fachada se ilumina con luces de colores.