Las primeras en llegar son las variedades tiernas, que se diferencian de las secas por su mayor contenido en agua y por su sabor más suaves. Sus compuestos azufrados, responsables de su olor y sabor picantes, son beneficiosos en caso de catarros y bronquitis.
- Menos colesterol. Resulta muy adecuada para prevenir enfermedades cardiovasculares, ya que logra reducir los niveles de colesterol y de triglicéridos.
Gracias a su jugosidad no es necesario emplear mucho aceite para cocinarla, pero como mejor queda, y más propiedades conserva, es cruda en ensaladas.