Hace poco
abrieron una nueva librería en el centro, se llama: la Central. El otro día fui a
pasearme por ella para conocerla y es muy bonita. Es agradable pasearse por sus
pasillos e ir descubriendo todos los detalles decorativos, además de estar
acompañada de grandes estantes con libros. Tiene
varias plantas, una cafetería enorme y hasta una sala de conciertos en el
sótano. A veces hacen conciertillos y eventos culturales. De hecho, otro de los
días, fui a la presentación de un comic, llamado: Gonzo: la historia gráfica de Hunter S. Thompson, de la editorial 541. Ese género me llama mucho la atención.
Ya sabéis que hace como tres años comencé a leer novelas gráficas y comics,
sobre todo europeo, y me he enganchado. Hay cosas muy curradas e interesantes. En esta
ocasión además me interesó porque la iba a hacer el periodista Toni Garrido. Me
gusta como hace las preguntas pero también me gusta que se moje diciendo su
opinión sobre los temas que salen. Dijo algo que me gustó especialmente y es
que comentaba que a él le gustaban las ideas que le llevaban a otras ideas
(algo que comparto), es decir, por ejemplo y en este caso, esta novela gráfica
le hacía querer investigar sobre la generación beat o sobre su protagonista, un
periodista llamado: Hunter S. Thompson. Por mi parte, nunca había oído hablar
de él, la verdad. No es que el comic me pareciera especialmente atractivo pero
me picó el gusanillo de saber quienes formaban parte de esa generación y también
qué hizo especial a ese periodista en concreto. Se habló de
edición, de política y de personas. Quizás se dejaron un poco de lado el comic
en particular, como bien apuntó uno de los asistentes, pero nos pareció muy
interesante y en cuanto haya nuevas presentaciones, voy a ir, porque siempre se
aprende algo nuevo. Además allí es muy agradable, porque la presentación es
entre libros y de fondo sonaba un violín, aunque ciertamente podrían haber
habilitado una salita para todas estas cosas porque se hace un poco pequeña. Os invito a
perderos una tarde por la librería, y descubrir la zona infantil, los naipes
colgados, la pared de letras, el ciprés, el pasillo de los manuscritos, la sala de lectura, la tienda (que tiene cosas muy chulas) y hasta su futbolín… Merece la
pena.