Federico Ruiz Tirado.
LETRA VEGUERA
Tras los descalabros de su dirigencia, aparece la cúpula de la Iglesia Católica asumiendo el vocerío de la derecha. Leamos a Monseñor Padrón : “Si hay palabras, pero no son coherentes con las acciones. Es un diálogo vacío de contenido, y hasta puede ser un diálogo falso que sólo sea una estrategia”. Así inicia la CEV la ofensiva contra el Gobierno de Nicolás Maduro. El llamado al diálogo y la pacificación convocados por el Jefe de Estado son bombardeados por la Conferencia Episcopal durante una semana donde la religiosidad católica -se celebró el día de la Divina Pastora- cobra especial relevancia y legitimidad.
Acciones como éstas tienen una articulación superior a esquemas de golpes de estado y desestabilización aplicados en países como Ucrania, Polonia, Irán, Siria, Libia, Argentina. Sólo tenemos que recordar cuando, en un contexto de liderazgo católico “progresista”, actores del Vaticano funcionaron como arietes de la desestabilización:
Juan Pablo II fue el líder emérito y primer relacionista público del movimiento mundial contra los países del Pacto de Varsovia, naciones donde él tenía sus origines.
Si trazamos una proyección veremos a un Papa latinoamericano, y lo ponemos al trasluz de esta pugnacidad de Monseñor Padrón, e incluso de la puesta en marcha de golpe suave en la Argentina, debemos sospechar. Estas estrategias son de largo aliento. Parte de su estructuración arranca de la premisa de un estado permanente de guerra que garantice alto gasto militar y una atmósfera propicia para, bien romper la legalidad internacional, así como confundir a la opinión pública. Poco le importa al Imperio luchar 15 años en Venezuela si a cambio obtendrá 200 años de petróleo y recursos estratégicos a su plena disposición.
Las Matrices Comunicacionales para Medios Privados de información se inician este año con una tibia pero sistemática agenda de Derechos Humanos. Iglesia, presos políticos, inseguridad, violencia, escasez de papel para la prensa y asfixia política al régimen de importaciones: ingredientes de un escenario de Estado Fallidio ya en marcha en las agendas mediáticas desde el golpe del 2002. Sin necesidad de recurrir a vocerío partidista, e incluso, prescindiendo de algunos de sus liderazgos consolidados como medida profiláctica, la conspiración permanente ya tendió el campo minado al diálogo y al crecimiento económico, metas del gobierno de Nicolás Maduro.
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