La chica con la que no dejaban ir a los niñosImrgard KeunEditorial Alfaguara, Madrid, 1987ISBN: 84-204-4581-9La protagonista de La chica con la que no dejaban ir a los niños es una niña con mucha personalidad, mucha imaginación y una buena dosis de lógica, a la que las cosas no le salen bien. Unas veces porque tiene mala suerte, otras porque su imaginación desbordante hace que se meta en unos líos tremendos. Otras, simplemente interpreta con sinceridad y lógica lo que dicen los adultos y lo aplica en una sociedad estrecha y encorsetada en normas sociales, en la que la niña siempre acaba por ser considerada un "desastre". Y claro, ya podemos darnos cuenta del porqué del título. ¿Qué es lo que hace que no les dejen a los otros niños ir con ella? Pues que está siempre metiéndose en líos. Y cuando no se mete en líos, su hermano tiene la escarlatina y ella puede contagiarla, así que tampoco les dejan ir con ella...Narrada en 1ª persona, con humor y ternura, la historia se compone de pequeños episodios que forman capítulos completos. A lo largo del libro desfilan personajes singulares: los padres que, aparentemente, siempre desconfían de su hija; la tía Millie, solterona que vive con la familia y a la que la protagonista intentará buscar marido; el vecino, Sr. Kleinerz, personaje importante, que es el único que se pone en el lugar de la niña y ve los hechos desde otro punto de vista diferente a los demás adultos; la familia Meiser, siempre echándole la culpa de todo; sus amigos, Hansi y Otti; La tía Betty y su hija Lina; los soldados... y un largo etcétera que puebla la historia para crear ese microcosmos que Irmgard Keun nos quiere mostrar.Porque detrás de todo esto, entrelazado con la trama, está un claro alegato contra la guerra. Las situaciones que viven, la escasez, las noticias, el prisionero que hay en el pueblo, los soldados que quieren contagiarse de escarlatina para no ir al frente, etc., etc. La autora nos va dando pinceladas sutiles, datos de fondo, como si formaran parte del decorado, para decir claramente que está contra la guerra.Pero donde consigue una gran maestría es en la expresión de los pensamientos y sentimientos de la niña protagonista. La autora se pone al nivel de la niña y observa el mundo desde allí: las dudas, las incertidumbres, el sentimiento de culpa, la inseguridad, el miedo, la valentía, la desconfianza, el sentimiento de confusión tras la llegada de un hermanito, los buenos propósitos,... todo está allí, todo pasa por la cabeza de nuestra protagonista. Y muy al estilo de la autora, vamos conociendo a la niña poco a poco, por sus reacciones, sus reflexiones, su forma de ver el mundo. No nos la describe, no nos dice su edad (hasta los últimos capítulos), ni siquiera sabemos su nombre...La chica con la que no dejaban ir a los niños es un libro descatalogado en la actualidad.
Imrgard Keun nació en Alemania en 1905 y murió en 1982. En su infancia vivió en Colonia, en el seno de una familia liberal. Publicó su primera obra en 1931 y, al año siguiente, en 1932 apareció su novela más famosa La chica de seda artificial, (publicada en España por Editorial Minúscula). Con la llegada de los nazis al poder, tuvo que exiliarse, ya que fue perseguida por sus ideas. Vivió en Bélgica y Holanda. Conoció al escritor Philip Roth y con él recorrió varios países europeos. En 1940 regresó de forma clandestina a Alemania. La chica con la que no dejaban ir a los niños se publicó en 1936.