La chica danesa - David Ebershoff

Publicado el 30 septiembre 2015 por Elpajaroverde
A veces un pequeño acto, una nimia decisión, se convierte en una revelación, en una puerta de entrada (y salida) a algo irreversible, inevitable. Me encontré por casualidad con este título, sin buscarlo, y en cuanto leí su sinopsis me enamoré de ella, supe que tenía que leer este libro, sin demora, ya. No había oído hablar de él a pesar de llevar varios años publicado, ni siquiera sabía entonces del próximo estreno de su adaptación cinematográfica. Fue el azar el que nos llevó a encontrarnos, ese coincidir en el mismo momento y en el mismo lugar. Pero no dejemos todo en manos del destino y la casualidad, seamos sinceros, para que un libro y un lector emprendan un camino juntos tiene que haber siempre una especie de reconocimiento.

Portada de La chica danesa

Fue un pequeño acto o una nimia decisión también la que supuso una especie de revelación para el pintor Einar Wegener, la apertura de una puerta de la que emergió tímidamente su esencia negada, el reconocimiento de su yo más íntimo y auténtico. Greta, su mujer, también pintora, le pide el favor de que se ponga la indumentaria que viste la modelo del cuadro que está pintando. La chica no ha podido acudir a la sesión y Greta necesita terminar de pintar los bajos del vestido. Cuando Einar desliza las medias de seda sobre su piel, se calza los zapatos de tacón en sus diminutos pies y cubre sus piernas con las faldas del vestido, advierte la sensación más auténtica de su vida. Con ese momento, que para la mayoría de personas quedaría en una simple anécdota, Einar comienza un duro peregrinaje en el que aflorará toda su feminidad y que dará vida a una chica llamada Lili. No estará sólo en su camino, su esposa Greta le acompañará en cada paso del mismo. "La chica danesa" es la historia de la primera persona en someterse a una cirugía de cambio de sexo, y es también la historia de una relación de pareja que no por atípica deja de ser conmovedoramente profunda y verdadera.
"A lo largo de los años Greta se había ido acostumbrando a dormir en diagonal, con las piernas sobre las de su marido. A veces, cuando le entraban dudas sobre la vida que se había creado en Dinamarca, Creta se sentía como una niña pequeña, y le parecía que Einar, con su cara de muñequita de porcelana y sus bonitos pies, era su juguete más querido. Cuando Einar dormía, hacía pucheritos con sus relucientes labios y el pelo se deslizaba como una guirnalda en torno a la cara. Greta había perdido la cuenta de las noches pasadas en vela contemplando arrobada sus largas pestañas que se agitaban al ritmo del sueño."
Lo primero que quiero dejar claro es que no estamos ante una biografía novelada sino ante una obra de ficción. Es cierto que la primera persona sometida a varias cirugías para cambiar de sexo de la que se tiene constancia fue una mujer danesa llamada Lili Elbe que anteriormente era conocida como Einer Wegener y que fue un reputado pintor. La mujer de Wegener, también pintora (el retrato de Lili que ilustra esta reseña es obra suya), se llamaba Greta (en ocasiones figura como Gerda). Para situaros un poco más os diré que nos movemos entre los años veinte y treinta del siglo pasado y que la historia transcurre entre Copenhague, París y Dresde. Todos los demás personajes que aparecen en el libro son ficticios, así como la especial relación que une a Einar (Lili) con Greta, que aunque existió, lo que se nos muestra es una recreación libre del autor.
"El sol le daba de lleno, y pensó en las noches en que Greta cepillaba su cabellera y sus pechos se apoyaban en su espalda. Pensó en la cama que compartían, y en como sus dedos meñiques se entrelazaban durante la noche, y en cómo la luz matinal caía sobre el rostro dormido de Greta, y ella, entonces, le besaba las mejillas, pensando: "¡Dios mío, ojalá pudiese ser tan bella como tú!""
A pesar de tener que llenar tantas lagunas en esta historia David Ebershoff consigue crear una trama solvente en su mayor parte. Aborda el tema como hay que tratarlo, con respeto y sensibilidad. Sus escenas más logradas son aquellas en las que Einar se transforma en Lili. Son casi como un ritual, esa atracción entre tejido y piel, esa elegancia, pureza, ese toque de sensualidad casi imperceptible. Reconozco que eso fue precisamente lo que me transmitió la sinopsis de este libro y lo que me hizo decantarme por su lectura.
"Mientras los miraba, Einar pensó que a lo mejor, después de todo le entrarían, pues sus pies eran pequeños y arqueados, y tenían los talones redondos y carnosos y los dedos finos con unos pocos pelitos. Se imaginó el rollo arrugado de las medias resbalando sobre el hueso blanco de sus tobillos. Y sobre el pequeño cojín de sus pantorrillas. Y el clic del corchete de una liga. Einar tuvo que cerrar los ojos."

L00447115 Portrait of Lili Elbe... Fotografía de Wellcome Images

Los pasajes en los que se deja entrever la peculiar relación entre Einar y Greta y entre Lili y Greta también los he disfrutado muchísimo. No era fácil el cometido pero pienso que Ebershoff ha sabido sacarlo adelante. Nos los presenta juntos, nos lo presenta por separado. Nos deja conocer de dónde viene cada uno (al fin y al cabo lo que nos define a todos es de dónde venimos y adónde vamos). Nos muestra las luces y las sombras de esta pareja. Nos queda incluso la sensación de no haber accedido a toda la complejidad de esta relación, detalle que la hace incluso más verídica ya que nunca se puede llegar a vislumbrar todos los recovecos y resortes ocultos de una pareja.
"Einar Wegener nunca se lo había dicho a nadie, pero su primer recuerdo era la luz del sol entrando por el calado del vestido de verano de su abuela. Las mangas holgadas y caladas se alargaban hacia la cuna para cogerlo en brazos. Y recordaba haber pensado -bueno, no pensado, sentido- que la intensa luz del sol que penetraba por aquel calado iba a rodearlo para siempre, igual que si fuera otro de los elementos esenciales para la vida, como el agua, la luz, el calor."
A veces se recrea en descripciones que no llevan a ninguna parte o al menos yo no entiendo qué nos quiere decir el autor con ellas. Ello ralentiza en esos puntos la lectura pero enseguida vuelve a su cauce y continúa deleitándonos con su prosa tranquila, sosegada y rica en matices.
Para Einar no es fácil asumir su realidad y sin duda sin el apoyo de Greta Lili nunca habría salido de su interior. Ambos son muy valientes, más teniendo en cuenta que viven en unos años en los que la sociedad es ignorante respecto a la transexualidad y ni siquiera la comunidad médica es capaz de ofrecer comprensión a personas como Einar. Todo esto también está presente en la novela.
"En la caseta, después de devolver la toalla rosa a la encargada, Lili se quitaba el traje de baño, y ocurría a menudo que aquella exaltación y aquellas expectativas de futuro se desvanecían, al mismo tiempo que soltaba un gemido al descubrir allá abajo, entre sus muslos blancos, que tenían la piel de gallina, cierto adminículo pequeño y arrugado. Era tan horroroso, que Lili cerraba violenta, sonoramente los muslos, para ocultarlo a su vista, y entonces oía el ruido que hacían las rodillas al chocar."
Os habréis fijado en que estoy tratando a Einar y Lili casi como si fuesen dos personas diferentes, autónomas e independientes la una de la otra. No es casualidad que lo haga así. No sé si es así como Einar asumió que era Lili, ni siquiera estoy segura de que esta sea la forma correcta de tratar el tema, pero así es como lo afronta el autor y he querido respetarlo. Por lo demás la alternancia entre Einar y Lili se produce sin sobresaltos, con naturalidad. Con la misma naturalidad con la que Einar aceptó que se sentía cómoda llevando medias de seda, con la misma naturalidad con la que descubrió que anhelaba seguir llevándolas. Con la misma naturalidad con la que Greta asumió que estaba casada con una mujer. Con la misma naturalidad con la que yo me encontré este libro y supe que el paso posterior era leerlo.
"Era la señorita Lili Elbe, una chica danesa que estaba en Dresde. Una mujer joven cuya amiga más querida estaba en California y la había dejado, sintió de pronto, sola. Pensó en todos ellos: Henrik, Anna, Carlisle, Hans, Greta. Cada uno de ellos, a su manera, era parcialmente responsable del nacimiento de Lili Elbe. Ahora sabía lo que quería decir Greta: todo lo demás, Lili tendría que soportarlo sola."

Abendstimmung Brühlsche Terasse. Fotografía de Wolfgang Stief

Ficha del libro:
Título: La chica danesa
Autor: David Ebershoff
Editorial: Anagrama
Año de publicación: 2001
Nº de páginas: 352