Revista América Latina

La chica del tren | Feminismo y misterio

Publicado el 31 diciembre 2019 por Apgrafic
La chica del tren | Feminismo y misterio

Se acercan las vacaciones de fin de año. Un momento incómodo para los introvertidos. Todo el mundo nos mira raro cuando decimos que nuestro plan para el 31 de diciembre es quedarnos en casa (o en cualquier lado) con un buen libro. No entienden cómo podemos ser felices con eso. Pero lo somos. Y mucho. Para mí un buen libro es uno que te atrapa de principio a fin. Al respecto, Stephen King dice: “En general, la gente que compra libros no se guía por el mérito literario de una novela. Quieren una historia entretenida para el avión (…)”. Es lo que me pasa a mí. Lo confieso. No busco libros "rimbombantes" ni autores “reconocidos”. Quiero una buena historia. Una historia que me permita sobrevivir al tráfico de Lima. Al aburrimiento de las esperas. A las conversaciones sin sentido. Que me saque de la rutina y me inyecte vida. 

La chica del tren, de Paula Hawkins, es un libro de aquellos. Leí sus 491 páginas en una semana. Pese a mi trabajo a tiempo completo (cinco días a la semana) y mis ocho horas de sueño diarias. ¿Tengo lectura veloz? No lo creo. Las letras son grandes y la historia es exquisita. Desde hace ya tiempo el libro me llamaba la atención. Pero no lo podía comprar porque no encontraba la edición de bolsillo (es la misma historia, solo que con hoja bulky y tapa blanda, pero a mitad de precio).  

Del libro, solo me habían comentado que la protagonista era una alcohólica y dormía en el sofá de la casa de una amiga. Nada más. Yo no gusto del alcohol y no duermo en el sofá de la casa de una amiga, así que la conexión con el libro no venía por ese lado. Era una corazonada. Y no me equivoqué. 

Esto es lo que más me gusta del libro y las razones por las que lo recomiendo:

— Habla sobre la maternidad de una manera distinta al común: la ridiculiza. Me parece positivo pues ofrece un nuevo punto de vista, que da pie al debate.

— Reivindica a la individualidad de la mujer como sujeto. Una mujer adulta casada no es solo una esposa, sino es algo más. “No puedo limitarme a esto, no puedo ser solo una esposa. No entiendo cómo alguien puede hacerlo; no hay literalmente nada que hacer salvo esperar. Esperar a que el hombre regrese a casa y te quiera”. 

— Le da un nuevo rol a la mujer: la infidelidad. Comúnmente son los personajes masculinos los infieles, mientras que los personajes femeninos son los que la soportan. En este libro es al revés: la mujer es la infiel y el hombre es quien la soporta. Pero no solo la mujer es la infiel, sino que es una experta en infidelidades.

— Derriba un tabú: la mujer tiene iniciativa sexual. Usualmente son los hombres quienes tienen el deseo sexual, y las mujeres responden a esa iniciativa. En este libro, es ella la que busca al hombre para tener relaciones sexuales. 

— Revela una verdad oculta: las mujeres no somos amables por naturaleza. “Normalmente, me haría la simpática, pero esta mañana me siento más auténtica, como si fuera yo misma”. 

— Aborda la violencia doméstica. Describe conductas normalizadas de pareja, pero hace la advertencia de que se trata de violencia psicológica o abuso emocional. 

El libro es de misterio, así que más allá de este lado feminista que a mí me encantó, la historia te intriga: ¿quién mató a quién?, ¿qué pasó? Es un libro para llevarlo en la cartera, en la mochila, y sacarlo en caso de emergencia social. 


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